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Bolonia, en alerta máxima por el posible derrumbe de una de sus torres inclinadas

La ciudad italiana de Bolonia ha puesto en marcha un plan de acción para acordonar los alrededores de una de sus torres como medida de prevención de posibles daños.

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La torre inclinada más famosa del mundo es la de Pisa. No hay turista que no se haga una foto con ella estirando los brazos e intentado sujetarla sobre el lado inclinado. A pesar de sus numerosas visitas, esta no es la única edificación con esa estructura tras el paso del tiempo. En Bolonia, capital de la región Emilia-Romaña, al sur de Italia, se encuentra la torre Garisenda.

Esta torre, que tiene también una gemela, es de origen medieval, tiene 47 metros de altura y está considerada como uno de los monumentos más emblemáticos que, además, se inclina tanto como la de Pisa, con un ángulo de 4 grados.

En el año 2020, se detectó una desintegración de la base de esta torre, además de grietas en los ladrillos y, hasta día de hoy, la situación ha empeorado de manera gradual hasta que esta mañana el Ayuntamiento de Bolonia ha declarado que la situación es "muy crítica".

Tal es la preocupación, que el alcalde Matteo Lepore ha ordenado acordonar la zona con una barrera de protección de una altura de 5 metros alrededor de la torre Garisenda para contener los escombros en caso de derrumbe, además de proteger a los edificios colindantes y a la población.

La zona se cerró por primera vez en octubre después de que se detectaran ruidos anormales en su interior, oscilaciones y vibraciones en sus paredes. Frente a esto, se colocaron sensores acústicos para evaluar el tiempo y la intensidad de los crujidos. También se ordenó instalar unpéndulo en las dos torres para analizar la gravedad de la inclinación.

La situación está en alerta amarilla. Los expertos estiman que la torre no se va a derrumbar ahora mismo y explican que están "trabajando como si fuera el peor de los casos".

Incluso se lanzan a aventurar cuando podría suceder el derrumbe: "Nadie lo sabe. Podrían ser tres meses, 10 o 20 años". Además, no se olvidan de que si el riesgo fuera realmente inminente, los niveles estarían marcados en rojo y no en amarillo.

Tras conocerse su mal estado y el alto número de turistas que recibe la torre, en 2020 algunas de las primeras intervenciones que se hicieron consistieron en insertar una varilla de acero en su base. Sin embargo, los fenómenos meteorológicos han acelerado el proceso de deterioro, unido también a las altas temperaturas de verano y las inundaciones del principios de año.

Estudios de mejora

La fase de investigación comenzará en cuanto se acabe de construir el perímetro de seguridad que se estima que será en febrero. Tras ello, ha surgido un debate entre algunos investigadores que son partidarios de derruir la torre, rehacer la base y volver a reconstruirla. Mientras que, por otro lado, hay quienes piensan que una buena opción es recortar la torre.

A pesar de ello, ninguna de las dos opciones resulta ser barata. El perímetro de seguridad va a suponerle al Ayuntamiento un desembolso de 5 millones de euros, que serían multiplicados si sumamos los gastos de la mano de obra para estabilizarlo.

Por ello, Bolonia ha pedido a sus ciudadanos colaboración para ayudar a recaudar 3 millones de euros. Tras este anuncio, han logrado conseguir ya 800.000 euros.

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