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PIDEN AHORA QUE SE REABRA EL CASO

Una víctima de ETA logra que un etarra confiese su participación en un atentado

El exguardia civil, Miguel Ángel Madariaga, se reunió en la cárcel con un preso terrorista. Buscaba más datos sobre el atentado en el que él resultó herido, pero el etarra Kepa Pikabea lo negó todo. La sorpresa llegó cuando el terrorista reconoció que en 1980 asesinó al dueño de un estanco de Eibar. Ahora el Colectivo de Víctimas del Terrorismo del País Vasco pedirá a Fiscalía que reabra el caso.

El Colectivo de Víctimas del Terrorismo del País Vasco pedirá a la Fiscalía la reapertura del sumario sobre el atentado que costó la vida en 1980 al estanquero de la localidad guipuzcoana de Eibar Carlos García, después de que el preso arrepentido Kepa Pikabea confesase este miércoles este crimen.

La confesión se produjo a instancias de una víctima de ETA, el exteniente de la Guardia Civil Miguel Ángel Madariaga Lope, quien ha explicado que lleva casi 35 años tratando de esclarecer la autoría del atentado perpetrado el 3 de febrero de 1979 por tres etarras que ametrallaron el cuartel de la Guardia Civil de Andoain, en Gipuzkoa. En esa acción murió un compañero de Madariaga, él resultó herido de gravedad y un tercer guardia civil sufrió lesiones leves.

En su "lucha" por esclarecer este atentado y que se reabra el caso, Madariaga logró entrevistarse en la cárcel de Zaballa, en Álava, con el etarra Pikabea, a quien considera uno de los autores del asesinato de su compañero y de las lesiones que él arrastra. En su visita a la prisión alavesa, el preso reconoció que formaba parte del comando "Adarra" que atentó contra el cuartel de Andoain, pero se desvinculó de esta acción porque según dijo él entonces trabajaba en una empresa de ascensores de Gipuzkoa.

Madariaga le preguntó además por otros muchos de los asesinatos que se le atribuyen, pero el recluso le dijo que "a partir de los 80 no recordaba nada". Sin embargo, sí confesó ser el único autor del atentado contra el estanquero de Eibar Carlos García, perpetrado en octubre de 1980, por el que fueron condenados como cómplices dos miembros del aparato de información de ETA.

La Policía considera por contra que en ese asesinato intervinieron dos etarras, aunque Pikabea asegurase ayer que lo hizo solo, algo de lo que también duda Madariaga. "Miente o no sé a quién protege", ha concluido esta víctima, que siente que el etarra no fue sincero cuando hace unos meses firmó un documento en el que se comprometía a colaborar con la Justicia para esclarecer atentados si se lo pedían.

Sin embargo, a juicio de Madariaga, ayer le demostró que no está arrepentido y que no quiere colaborar con la Justicia porque sólo admitió ser el autor de un atentado que ha prescrito. Con la grabación de la conversación de ayer en la cárcel Covite cree posible reabrir el caso del estanquero de Eibar gracias a esta confesión y ha anunciadoque pedirá a la Fiscalía que así lo solicite.

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