Sequía

El río Tambre, que abastece Santiago, en prealerta por sequía

El caudal ha bajado tanto que deja una imagen inusual en la localidad de Pontemaceira, en el ayuntamiento de Negreira

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Continúa la sequía y todavía no llegan las lluvias. La situación va empeorando semana a semana y cada vez son más los ayuntamientos gallegos que toman diferentes medidas para intentar paliar los efectos de la ausencia de precipitaciones.

La imagen que ofrece el río Tambre, encargado de abastecer a Santiago de Compostela, es preocupante y muy poco habitual. El ayuntamiento ha puesto en marcha un plan para intentar reducir el consumo de agua. Por su parte, en otros consistorios de la zona, como son los casos de Ames u Oroso las recomendaciones para ayudar a paliar los efectos de la sequía se repiten día a día. Se pide un consumo responsable del agua, evitar riegos innecesarios, llenado de piscinas y lavados de coche.

En Ourense encontramos una situación, si cabe, peor. Los ayuntamientos de Ribadavia y de Riós, de 5.000 y 1.500 habitantes respectivamente, han decidido cortar el suministro de agua en las horas nocturnas para intentar reducir el consumo.

Mientras, los embalses y ríos viven la peor situación de la última década. El río Tambre, que abastece la ciudad de Santiago de Compostela, tiene el caudal más bajo en los últimos años.

Varios ayuntamientos de la zona han comenzado a tomar medidas. Algunos no descartan realizar parones puntuales en el suministro de agua en los próximos días.

El Gobierno gallego ha hecho un llamamiento a la población para que se comprometan con el consumo responsable de agua ante el episodio de sequía que registra el país. "La situación es grave", ha manifestado la conselleira de Infraestruturas e Mobilidade, Ethel Vázquez.

Galicia se encuentra sin previsión de lluvia en las próximas horas con los embalses en niveles bajos.

Los efectos de la sequía en plantaciones

La sequía también amenaza la plantación del arroz. Las comunidades que más lo sufren son Andalucía y Extremadura. Con los pantanos a menos del 40% solo se ha podido sembrar el 30% de la superficie disponible. La producción del cereal ha bajado hasta los 3.000 kilos.

También ha afectado las plantaciones de sandías. Las hojas que las protegen han sido quemadas por el sol, lo que ha producido que no crezcan. De la misma forma ha ocurrido con los melones o las calabazas. Se registran cientos de campos destrozados.

La parte positiva del calor que ha registrado este verano se la llevan las Salinas. Los más de 28 grados alcanzados en zonas de Andalucía han permitido que la producción de sal aumente en más de dos toneladas, el doble del año pasado.

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