A partir de mañana sube de nuevo la luz. En esta ocasión no porque cueste más producirla sino porque la reforma eléctrica del Gobierno para acabar con el llamado déficit de tarifa va a valorar más los gastos fijos, lo que cuesta poner la electricidad en los hogares, y algo menos lo que cuesta producirla.
¿Como nos afectará? Lo podemos ver en una factura en la que hay dos conceptos básicos: potencia y energía. La potencia contratada, la parte fija, es la que sube con fuerza (en torno a un 40%). Mientras que la parte variable, la energía que realmente consumimos, baja cerca de un 60%.
El resultado, según el gobierno, es que por término medio los españoles pagaremos un 3,2% más. Pero las asociaciones de consumidores advierten de que, en esta media, salen perdiendo quienes menos gasta.
También se incrementa la factura en las segundas viviendas que permanecen cerradas buena parte del año y que pagarán más por tener hecho un contrato de luz aunque su consumo muchos meses sea de cero euros.
Por el contrario, habrá hogares, especialmente los que consumen más energía que, con esta reforma, pueden acabar pagando hasta 70 euros menos al año.