El presidente del Banco Santander, Emilio Botín, espera que el beneficio del grupo crezca un 50% en los próximos dos años y ve perfilada su sucesión en el cargo.
En una entrevista concedida a la publicación estadounidense 'Fortune' el pasado mes de febrero, Botín sostiene su predicción en el mantenimiento de su estrategia de compras en el extranjero 'a precio de ganga' y en el negocio de banca minorista básica.
Botín afirma que el banco funciona del mismo modo que en tiempos de su padre, también llamado Emilio, con reuniones de gestores para conocer sus carteras de préstamo, venidos ahora de todo el mundo. "Somos un banco aburrido porque siempre hacemos lo mismo", afirma Botín.
El artículo, titulado 'Emilio Botín se come el mundo', recalca que el ejecutivo ha logrado en 25 años reconvertir a un 'adormilado banco regional' en el mayor banco europeo por volumen de activos, y alaba su estrategia, que a menudo requiere la toma de decisiones de miles de millones de dólares en pocos segundos.
El consejo identifica sucesores
En cuanto a la sucesión en la presidencia, Botín afirma que "el consejo tiene cierta idea de quiénes podrían ser las nuevas personas a cargo", pero matiza que "al contrario de lo que hacen otros bancos", Santander "no lo anuncia dos años antes".
Emilio Botín, de 77 años, se centra en más adquisiciones a futuro, según la revista 'Fortune', que describe al banquero como "el más astuto de Europa, un audaz tomador de riesgos, extremadamente inteligente, que ha creado una máquina de beneficios sostenible".
Sobre su principal 'rival', el presidente del BBVA, Francisco González, el periodista Charles Wallace dice que el directivo sugiere que lleva a cabo una gestión más conservadora que la del banco cántabro, al afirmar que le gusta 'dormir bien por las noches'.
No obstante, el autor del reportaje concluye que BBVA "paga precios mucho más altos por sus adquisiciones y ha mostrado menos habilidad aplicando su estrategia" que el Banco Santander a la hora de crecer de forma inorgánica.