El escritor, economista y académico barcelonés José Luis Sampedro, de 97 años, ha fallecido en Madrid, falleció la madrugada del día 8 en Madrid, informaron fuentes de su familia.
Por expreso deseo del autor, la noticia de su fallecimiento no se ha conocido hasta esta mañana porque quería "irse" de "manera sencilla y sin publicidad", según su viuda Olga Lucas, con la que se había casado en 2003.
Al escritor de "La sonrisa etrusca" o "La sombra de los días" y académico de la Lengua y uno de los más activos críticos de la actual situación social y económica le han incinerado esta mañana en el cementerio de La Almudena en la más estricta intimidad.
Con la muerte de Sampedro se apaga una de las voces de uno de los referentes morales de la España de la última mitad del siglo XX.
En los últimos tiempos su voz se había unido a la de los indignados en la defensa de otro modelo económico y social. Junto al también también fallecido escritor francés Sthépane Hessel fue inspirador del 15-M.
La concepción humanista del profesor Sampedro también alentó toda la producción literaria del que fuera Premio Nacional de las Letras 2011, como muestran títulos "El río que nos lleva", "La sombra de los días" y "El mercado y la globalización".
Aunque nació, el 1 de febrero de 1917, en Barcelona, su infancia transcurrió en Tánger, donde su padre estaba destinado como médico militar. De regreso a España, en 1935, aprobó unas oposiciones para técnico de Aduanas y fue destinado a Santander, donde le sorprendió la guerra civil.
Después le trasladaron a un cuartel de Burgos donde, por azar, trabajó en un grupo teatral. Doctorado en Económicas en 1946, se dedicó después a la docencia, que ejerció durante 30 años en la Escuela Oficial de Periodismo y en la Facultad de Ciencias Económicas de la Complutense, donde obtuvo la cátedra de Estructura Económica.
En 1968, descontento con las sanciones contra catedráticos antifranquistas, abandonó la Universidad y, en 1969, se trasladó a Salford y Liverpool (Reino Unido), donde fue profesor visitante.
Regresó a España en 1972, y posteriormente desempeñó la cátedra de Ética en la Complutense. Economista de prestigio, alternó esta disciplina con la literatura, su otra gran pasión, que había comenzado con solo 19 años, cuando vivía en Santander.