Embriones humanos sintéticos

Lluis Montoliu, científico: "En un futuro se podrán cultivar órganos en laboratorio"

Lluis Montoliu, prestigioso investigador del CSIC, explica a Antena 3 Noticias cómo se ha logrado crear embriones humanos sin óvulos ni espermatozoides y el debate ético que se abre ante este avance científico.

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El profesor Lluís Montoliu es investigador científico del CSIC, vicedirector del Centro Nacional de Biotecnología e investigador y miembro del Comité de Dirección del Centro de Investigación Biomédica en Red en Enfermedades Raras (CIBER-ER), del ISCIII. También profesor honorario de la Universidad Autónoma de Madrid durante 20 años (1998-2018), y desde el curso 2021-2022 es profesor honorífico de la Universidad Complutense de Madrid, en la Facultad de Biología.

Hemos hablado con él tras el anuncio de que un par de equipos científicos han conseguido desarrollar un embrión humano sin necesidad de óvulos o esperma partiendo de células madre pluripotentes.

PREGUNTA: ¿Qué es lo que han logrado estos dos grupos de investigación?

RESPUESTA: Los dos grupos de investigación, el de Estados Unidos y el de Israel, Magdalena Zernicka y Jacob Hanna, lo que nos han mostrado es una manera distinta de obtener embriones de mamífero, primero de ratones, esto lo hicieron el año pasado, y ahora de embriones humanos. Son distintas porque todos sabemos que un embrión viene de la fecundación de un óvulo por parte de un espermatozoide. Este embrión de una célula se divide posteriormente en 2, 4, 8, 16 y así sucesivamente hasta formar el feto y desarrollarse.

"Se podrá entender mejor qué es lo que ocurre en esa fase para determinar el éxito de la gestación"

Estos investigadores lo que nos dicen, lo que nos proponen, es que es posible obtener embriones similares simplemente a partir de células madre, células madre pluripotentes mezclándolas en una determinada proporción en el laboratorio, sin necesidad de óvulos, sin necesidad de espermatozoides y esto nos permite ver algo que habitualmente no somos capaces de ver. El motivo es que el embrión cuando se empieza desarrollar llega al útero en este caso de la mujer, o de la ratona, de la hembra y se integra y se implanta y una vez se implanta en el útero no vemos nada porque esto ocurre dentro de la pared muscular mientras que lo que nos permite ver estos embriones sintéticos de laboratorio es todo ese mismo proceso preliminar, esas fases iniciales del desarrollo verlo en el laboratorio bajo el microscopio y se pueden hacer experimentos y se puede entender mejor qué es lo que ocurre en estas fases iniciales que son esenciales para determinar el éxito de la gestación.

P: Pero ¿por qué es importante para nosotros observar ese justo momento de las primeras horas de vida?

R: Bueno lo que ocurre es que muchas gestaciones, y esto cualquier pareja lo sabe, no son exitosas, hay muchos embriones que precisamente en esta fase inicial de implantación en el útero es cuando fallan y se producen abortos espontáneos y la gestación no progresa. Por ejemplo, muchas parejas que acuden a clínicas de reproducción asistida y tienen que intentarlo varias veces hasta que consigan que el embrión progrese y acaben haciendo niño o una niña, pero seguimos sin saber qué es lo que ocurre y probablemente algunas alteraciones genéticas estén en la base de estos fallos. Y claro no podemos investigar con embriones naturales, pero estos investigadores lo que nos ofrecen es la posibilidad de acercarnos a estas mismas preguntas, pero a partir de unos embriones que están generados estrictamente en el laboratorio que son estos embriones humanos sintéticos.

Nos tenemos que preguntar qué estatus le vamos a dar a estos embriones humanos sintéticos

P: Pero eso de crear vida sin óvulos y esperma nos conduce a dilemas éticos y morales por el tratamiento que se puede dar a esa vida, que no es artificial, que es real

R: Bueno, aquí lo que hay que saber es que esto es muy nuevo y como siempre la ciencia va por delante de la legislación y además por delante de la ética. Esto nos plantea retos que tenemos que asumir, ahora nos vamos a tener que sentar diferentes investigadores y comités en todo el mundo para intentar actualizar nuestras informativas, intentar actualizar nuestros procedimientos éticos. ¿Por qué? Porque nos tenemos que preguntar qué estatus le vamos a dar a estos embriones humanos sintéticos y si realmente son indistinguibles de los embriones humanos naturales. Si así fuera, si fueran indistinguibles y si tuvieran la potencialidad de incluso implantarse y dar lugar a un bebé, entonces los deberíamos tratar como un embrión humano y para ello ya tenemos una legislación en España y en Europa y en muchos países. Una legislación que además es muy estricta, que permite solamente un número muy determinado de experimentos y específicamente solamente hasta los 14 días de desarrollo en el laboratorio.

Ahora bien, si resulta que, aunque le llamemos embriones humanos sintéticos no tienen la misma potencialidad, son distintos y nunca van a poder implantarse ni desarrollarse como un embrión humano y que en realidad es solo una agrupación de células humanas que se parece mucho a un embrión, sin serlo, pues entonces pues lo podemos tratar como cualquier otra agrupación de células humanas para las cuales también tenemos legislación. En este segundo caso las opciones están más abiertas y es posible hacer otro tipo de experimentos.

¿Qué usos se les puede dar?

P: Y estas investigaciones nos podrían conducir a un futuro en el que se crearan, por ejemplo, órganos a la carta en un laboratorio para sustituirlos cuando los nuestros fallaran

R: Bueno la imaginación es libre, y todos tenemos en mente la película 'La Isla' de Michael Bay en la cual cualquier ser humano tenía su clon listo para ser utilizado cuando necesitara un órgano. No estamos ahí, pero obviamente esto es una posibilidad futura, tener embriones humanos de una determinada identidad genética. Estas células troncales que dan origen a estos embriones pueden obtenerse de cualquier biopsia o de piel de cualquiera de nosotros, y a partir de ellas convertirlas en células madre pluripotentes y estas células madre pluripotentes cultivarlas en el laboratorio y que se estructuren y se organicen en forma de embrión.

Este embrión y sus órganos o sus células podrían ser utilizadas para reparar o para sustituir algún tejido dañado de la persona de la cual se han tomado estas células iniciales. Esto es de cara a un futuro pero aún queda, aunque netamente es una de las posibilidades que, al menos uno de los investigadores, Jacob Hanna, mencionó el pasado verano cuando hizo lo mismo con embriones sintéticos de ratón. Por el contrario, la investigadora Magdalena Zernicka-Goetz parece estar más interesada en utilizar estos proyectos de embriones humanos sintéticos para estudiar justamente ese momento de la implantación, que es un momento después que todavía está vedado a nosotros, no lo podemos ver porque ocurre dentro del útero.

Quisiera poner la comparación con el desarrollo de un embrión de pez. Ese pez que se desarrolla dentro de un huevo que es transparente, lo podemos poner debajo del microscopio y vemos desde casi desde un embrión de una célula hasta un pececito ya formado perfectamente. Mientras que nosotros, como nos desarrollamos dentro del útero de nuestra madre, hay unos días o unas semanas iniciales que no vemos apenas nada hasta que no empieza a formarse el feto. Esos momentos en los cuales no tenemos posibilidad de ver qué es lo que está ocurriendo es lo que nos permite ahora acceder con estos embriones humanos sintéticos, que simulan lo que ocurre dentro del útero, pero fuera del laboratorio y por lo tanto debajo del microscopio.

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