La investigación del caso karate se inicia a las nueve horas del 29 de enero de 2010. Esa mañana, una menor que había cumplido quince años tan sólo tres días antes declaró a una pareja de policías que había sufrido abusos sexuales en esta casa de la playa de Vargas, en el este de Gran Canaria. Inicialmente, los agentes de la súper comisaría, según consta en el sumario, pensaron que era una broma. Pero ante el realismo del relato y los numerosos detalles que desgranaba la chica, los policías se pusieron serios y empezaron a tirar de la manta.
Una semana después, el juez ordenó la detención de cinco personas, aunque finalmente han sido cuatro los procesados por este caso de pedofilia.Torres Baena, el cabecilla según la policía; le piden más de 300 años de cárcel. Su esposa María José, imputada por 24 delitos. Ivone González, a la que piden 150 años y Juan Luis Cárdenes, el único de los cuatro que ha permanecido en libertad desde entonces.
Después de más de un año de investigación judicial, la fiscalía y las víctimas intentarán demostrar, como dice el sumario, que se organizaban camas redondas, que Baena decidía quien se acostaba con quien o que se entregaron píldoras abortivas a varias de loas chicas. Los defensores de los acusados, en cambio, argumentarán que todo es un montaje. Habrá que esperar más de ocho meses para conocer la sentencia del caso kárate.
