Un partido con mucha tensión
La fiesta saltó a la calle nada más acabar el encuentro, muchos aficionados siguieron el partido en pantallas gigantes instaladas en algunos puntos de Santa Cruz. La celebración acabó como en el último ascenso en la charca de la Plaza de España.
La fiesta se desata en la calle con el pitido del final del partido, alegría desbordante con objetivo cumplido, estar en segunda A.
Pero no fue fácil, los últimos minutos fueron agónicos, primero con el gol del Hospitalet.
Jarro de agua fría que podía acabar con el sueño, de ahí las caras de nerviosismo, quedaba poco tiempo y eso hizo que la alegría fuera más grande si cabe.
Y de aquí como dicen todos a la charca, el tiempo además acompañaba para darse un chapuzón en honor a los blanquiazules.
Ahora a mirar hacia delante sin temor como dice la canción el Tenerife ya está en segunda.
