El verano sin comedores escolares plantea una difícil situación a los padres sin recursos y también a los servicios sociales, porque los medios nunca son suficientes y más aún cuando se trata de menores en riesgo incluso de malnutrición. Lo saben bien en la fundación Padre Laraña donde este año han duplicado la demanda de 2011Después de 30 años como único centro de día y comedor social para menores de la ciudad, este verano podrían tener que cerrar porque las ayudas no acaban de llegarAun así no cejan en su empeño de ayudar a los demás porque la crisis deja al descubierto situaciones muy poco agradablesA comer, a trabajar y a comportarse, Aquí reciben todo lo que la situación actual no les deja tener como a cualquier otro niño.