Los dos montañeros no se atrevían a bajar de la citada zona debido a una gran nevada. Habían salido de la pradera de Ordesa, lugar donde habían dejado su vehículo, con destino al refugio de Góriz, donde tenían pensado pasar la noche.
Los montañeros empezaron la marcha sobre las 7.00 horas, cuando las condiciones meteorológicas eran buenas y el cielo estaba despejado, pasaron las clavijas de Carriata sin dificultad, continuando su marcha durante una hora más, hasta que las condiciones climatológicas comenzaron a cambiar, empezó a nevar y decidieron dar la vuelta.
Sin embargo, al llegar de nuevo a las Clavijas de Carriata se había acumulado mucha nieve y había fuertes rachas de viento. Además, les faltaba material para hacer el descenso, por lo que deciden llamar y solicitar ayuda.Especialistas del Grupo de Rescate e Intervención en Montaña (GREIM) de Boltaña se acercaron a la zona a pie, dado que por el clima el helicóptero no podía intervenir en el rescate, con bastantes dificultades por la nieve y las fuertes rachas de viento.
Al llegar a la zona, localizaron a los montañeros en estado leve de hipotermia, con los dedos de las manos entumecidos y con la vestimenta totalmente humedecida. Los especialistas les ceden gran parte de su equipamiento pero se quedan con poca ropa de abrigo.
Eso les acarrea continuas tiriteras y la congelación leve de dos dedos de la mano derecha de uno de ellos, tras abrigarse las dos personas se reanuda la marcha teniendo que utilizar un técnica de cuerda corta con las dos personas puesto que no había otro medio de aseguración más efectivo para descenderles.
