El padre de Aylan en el depósito de cadáveres

Publicidad

LA TÍA DEL MENOR VIVE EN VANCOUVER

Llega a Canadá la familia del pequeño Aylan, símbolo de crisis de refugiados

La familia de Aylan Kurdi vivía en Damasco, pero el recrudecimiento del conflicto sirio les hizo partir primero a Alepo y posteriormente a Kobani, ciudad sitiada por el grupo yihadista Daesh y desde donde viajaron a Turquía para luego tratar de llegar a Grecia. Aylan, de 3 años, murió cuando intentaba llegar a Europa junto a su hermano Galip, de 5 años, y la madre de ambos, Rehan, quienes fueron encontrados en la playa turca de Bodrum tras el hundimiento de la embarcación en la que huían de la guerra.

La familia de Aylan, el niño sirio que murió ahogado en las playas de Turquía y cuya fotografía se ha convertido en símbolo de la crisis de refugiados en Europa, llegó este miércoles a Canadá para instalarse junto a otros familiares que viven desde hace años en el país norteamericano.

Vídeos difundidos por medios locales muestran los gritos de alegría y los abrazos de familiares de Aylan que se reunieron, entre globos y flores, en Vancouver con la hermana del padre del pequeño fallecido, Abdulá Kurdi, el único miembro de la familia que sobrevivió a la tragedia.

"Casi perdemos la esperanza. Gracias al Gobierno de Canadá", dijo a los medios Tima Kurdi, tía de Aylan, que llegó a Canadá en 1992 y hoy no pudo saludar en el aeropuerto a su hermano, que decidió no viajar a Canadá.

La familia de Aylan Kurdi vivía en Damasco, pero el recrudecimiento del conflicto sirio les hizo partir primero a Alepo y posteriormente a Kobani, ciudad sitiada por el grupo yihadista Daesh y desde donde viajaron a Turquía para luego tratar de llegar a Grecia. Aylan Kurdi, de 3 años y procedente de la localidad kurda de Kobani, murió cuando intentaba llegar a Europa junto a su hermano Galip, de 5 años, y la madre de ambos, Rehan, quienes fueron encontrados en la playa turca de Bodrum tras el hundimiento de la embarcación en la que huían de la guerra.

La imagen del cuerpo del pequeño sin vida dio la vuelta al mundo y se ha convertido en un símbolo de la tragedia de los refugiados sirios que escapan de la guerra en su país e intentan llegar a Europa. El Gobierno canadiense ha recibido duras críticas en el último año por la lentitud con la que está procesando las peticiones de asilo de refugiados sirios. En respuesta a las críticas, Ottawa se ha comprometido a aceptar a más refugiados sirios y el nuevo primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, ha prometido poner en práctica una política más abierta que su antecesor, el conservador Stephen Harper.

Publicidad