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DISCURSO ANTE EL CONGRESO

Trump modera sus formas en su primer discurso en el Congreso, pero mantiene el fondo de su agenda política

El primer discurso de Donald Trump en el Congreso ha durado alrededor de una hora en la que con un tono más conciliador y moderado e intentando representar por primera vez a todo el país, ha insistido, eso sí, en las líneas maestras de su política: más gasto militar, proteccionismo, ampliación del muro, reforma migratoria y derogación del sistema sanitario de Obama.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, suavizó el tono y las formas en su primer discurso ante la sesión conjunta del Congreso, en el que llamó a la unidad del país, pero mantuvo el contenido de fondo de su agenda política, tanto en materia migratoria, como sanitaria y en comercio exterior.

El mandatario se alejó de su estilo abrupto y negativo, y adoptó una postura mucho más protocolaria en su primera aparición ante los miembros de ambas cámaras del Legislativo, ante los que se mostró más abierto a encontrar lugares de encuentro con los republicanos, a los que criticó duramente en campaña, y también con los demócratas.

"El presidente Trump pronunció un discurso mucho más eficaz y con visión de futuro ante la sesión conjunta del Congreso.

Donald Trump se alejó de su estilo abrupto y negativo y adoptó una postura mucho más protocolaria en su primera aparición en el Congreso

El discurso comenzó fuerte, centrándose en el mes de la historia negra y condenando los recientes incidentes de odio" en el país, explicó el experto en Ciencia Política de la Universidad de Michigan Aaron Kall.

El multimillonario, más sobrio también en su indumentaria, con traje y corbata oscuros, se ciñó al guión y, a juicio de Kall, hasta se mostró "conmovido por la importancia de la ocasión y el lugar histórico donde tuvo lugar".

Trump no hizo uso alguno de un lenguaje violento, ni tampoco de acusaciones insultantes como en otras ocasiones, y se cuidó de hacer afirmaciones que claramente faltaran a la verdad.

"A diferencia de los discursos anteriores en la campaña, esta intervención trató de llegar más allá de su base y encontrar un terreno común potencial sobre temas como el gasto en infraestructura y las ayudas fiscales para el cuidado infantil", apuntó Kall.

Trump no detalló demasiado cómo piensa llevar a cabo sus propuestas, ni tampoco cómo va a financiarlas, apelando, eso sí, a una "reforma tributaria histórica"

No obstante, Trump reiteró los puntos más fuertes de su agenda política: la construcción del muro en la frontera con México -aunque no citó siquiera al país vecino-, la derogación y reemplazo de la reforma sanitaria y la reconsideración de las reglas de comercio exterior, pilares fundamentales de su ideario.

En ese sentido, a diferencia de otros mandatarios anteriores, el magnate no detalló demasiado cómo piensa llevar a cabo sus propuestas, ni tampoco cómo va a financiarlas, apelando, eso sí, a una "reforma tributaria histórica" que recortará impuestos tanto a las empresas como a la clase media.

"Mi equipo económico está desarrollando una reforma tributaria histórica que reducirá la tasa impositiva de nuestras empresas para que puedan competir y prosperar en cualquier lugar y con cualquier persona", dijo el mandatario.

"Al mismo tiempo, proporcionaremos alivio fiscal masivo para la clase media", aseguró el presidente, reiterando una de sus principales promesas de campaña. A su juicio, indicó ante los legisladores, el país debe "crear un terreno de juego equitativo para las empresas y los trabajadores estadounidenses".

"Para lograr nuestros objetivos en el país y en el extranjero, debemos reiniciar el motor de la economía estadounidense, facilitar que las empresas hagan negocios en Estados Unidos y hacer mucho más difícil para las empresas que se vayan", apuntó, poco antes de asegurar que "las empresas estadounidenses gravan una de las tasas más altas en cualquier parte del mundo".

Como explica el profesor de la Universidad de Michigan, la reforma migratoria y la reestructuración del sistema sanitario son temas "extremadamente complicados y requerirán un enorme trabajo adicional y compromiso".

El momento más destacado del discurso ocurrió cuando el presidente hizo referencia al soldado de las fuerzas especiales de la Armada Ryan Owens, fallecido en Yemen a los pocos días de su investidura.

El padre de Owens fue muy crítico en una entrevista con la misión militar en la que su hijo perdió la vida y con el propio mandatario, pero Trump sorprendió al llevar como invitada al discurso a la viuda del soldado, Carryn Owens.

El presidente, lejos de alimentar la polémica, a falta de que se dilucide la investigación sobre lo ocurrido, rindió homenaje al militar y, en reconocimiento a su esposa, logró la mayor ovación de la noche.

En contraposición con la intervención que hizo a los pies del Capitolio el día de su investidura, el presidente abogó por la conciliación y la esperanza como parte de los valores fundamentales de Estados Unidos, e instó a sus ciudadanos a creer en sí mismos y en el futuro del país.

Y es que Trump ofreció unos de sus grandes discursos desde que llegara a la arena política, huyendo de las controversias, las malas palabras y la división.

El presidente, en definitiva, evitó cualquier comentario indefendible que pudiera alejar de su lado a los republicanos, a quienes necesita para sacar adelante su visión del país, algo de lo que parece, por fin, ser consciente.

"Es el momento" para una reforma migratoria

Durante un almuerzo privado con periodistas, Donald Trump aseguró que ha llegado "el momento" de impulsar una reforma migratoria para arreglar el sistema de inmigración del país, donde se calcula que residen 11 millones de indocumentados. "Este es el momento adecuado para una ley sobre inmigración siempre que haya voluntad de hacer concesiones en ambos lados".

Una fuente oficial de la Casa Blanca confirmó que, durante el encuentro, el presidente opinó que tanto demócratas como republicanos tienen que "suavizar sus posturas".

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