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CUMBRE DE LA UNIÓN EUROPEA | HISTORIA DE UN DESENCUENTRO

Así fue el enfrentamiento entre Nicolas Sarkozy y David Cameron

La cumbre de la Unión Europea en Bruselas deja una imagen de fractura y falta de unidad. Una quiebra que personificaron David Cameron y Nicolas Sarkozy. Un pulso con la crisis del euro de fondo.

Todas las miradas y las esperanzas por salvar el euro pasaban por Bruselas donde los líderes de la Unión Europea se reunían para tratar de poner fin a la crisis del euro. Dos paises, Alemania y Francia, llegaban con la idea clara de reformar los tratados de la Unión y cambiar las bases sobre las que 'refundar' la Unión Europea.

Una idea compartida por la mayoría pero no por un peso pesado de Europa. Una vez más, el Reino Unido con David Cameron a la cabeza se opuso al motor de la Unión, a ese eje franco-alemán que mueve los hilos de Europa.

El primer ministro británico, David Cameron, fue muy claro en Bruselas y reconoció que no le da miedo quedarse aislado en Europa aunque admitió que su rechazo al futuro tratado de la UE supone "un cambio" en las relaciones de su país con Bruselas. 

Un órdago que el presidente francés, Nicolas Sarkozy, recogió sin arrugarse, al menos aparentemente. Sarkozy confirmó que el pacto para reforzar la disciplina fiscal en la eurozona se incluirá en un nuevo Tratado intergubernamental en el que participarán todos los Estados miembros excepto Reino Unido y Hungría. Eso sí, lo anunció con el malestar por el desplante británico.

"Hubiéramos preferido una reforma de los Tratados a 27. No ha sido posible teniendo en cuenta la posición de nuestros amigos británicos". Mensaje claro por parte de Sarkozy.

El primer ministro británico, David Cameron insistió en que, al descolgarse del tratado, defendía el interés del Reino Unido aunque negó que esta postura signifique que su país pierda influencia en Europa.

Una aseveración que no parece compartir Sarkozy, que cree que Reino Unido se queda al margen de la Unión.

"Para aceptar una reforma de los Tratados a 27, David Cameron ha pedido lo que todos hemos considerado inaceptable, un protocolo en el Tratado que permita eximir a Reino Unido de algunas reglas sobre servicios financieras", admitió Sarkozy.

"No hemos podido aceptarlo porque consideramos que parte de los problemas del mundo vienen de la desregulación de los servicios financieros", insistió.

Para Cameron la realidad es otra y no considera que desmarcarse de las ideas de Francia y Alemania sea ir contra la Unión Europea.

"No estamos en el euro porque no queremos estar, tampoco hemos aceptado la eliminación de fronteras porque queremos controlar la inmigración ilegal y el narcotráfico", dijo Cameron, que explicó que sin embargo el Reino Unido defiende políticas europeas como el mercado único.

Por último, el primer ministro admitió que no puede negar que su rechazo al tratado supone un "cambio" de las relaciones del Reino Unido con Europa, pero añadió que, "en lo esencial, nuestro papel en el mercado único seguirá siendo el mismo".

Cruce de declaraciones entre dos de los países más importantes de la Unión Europea. Un pulso que cambiará el escenario de relaciones dentro de una Europa que parece no ponerse de acuerdo en la forma de salir de la crisis.

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