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LUJO Y PLUMAS PARA EL VERANO QUE VIENE

El espectáculo de Chanel llega a París

Cada desfile de Chanel es un espectáculo. Su director creativo, Karl Lagerfeld, ha organizado un paseo por un gran jardín versallesco hecho de grava blanca y negra, paleta marca de la casa que inunda el pret-a-porter del verano que viene.

Karl Lagerfeld dio a Chanel uno de sus desfiles memorables, bajo el inmenso tejado de vidrio del Grand Palais de París, cuya monumentalidad resaltó aún más con una inmensa pasarela negra, gris y blanca, de curvas y geometrías versallescas, donde presentó su colección para la primavera-verano 2011.

El color vino de los modelos, color pastel, celeste, rosa o amarillo; de sus bordados y texturas dorados o plateados; de sus estampados floreados sobre negro en conjuntos de inspiración gitana; o de sus ajustados vaqueros grises acribillados de pequeños agujeros sobre fondo rosa.

Las elegantes mezclas de blanco y negro, en perfecta armonía con el jardín versallesco de lava, piedras y arena que hoy colocó el modisto alemán en el Gran Palais, fueron otras de las características principales del verano próximo de Chanel, junto a la abundancia de bordados de lentejuelas e incrustaciones de plumas en hombros, ribetes, detalles, faldas y mangas.

En ausencia de plumas, estratégicos agujeros, literalmente devorados, decorarán pantalones vaqueros muy ajustados, pero también conjuntos de falda y chaqueta típicamente Chanel, como carcomidos a placer en el baúl del tiempo.

El short será un elemento fundamental del verano que viene, tanto como los ribetes dorados y plateados en el bajo de una chaqueta, o como las pequeñas mangas aladas y estructuradas de un vestido de lamé viejo oro enteramente bordado.

Podrá hacerse mínimo hasta su mínima expresión, casi invisible bajo su chaqueta; teñirse de negro con top escotado de tirantes y pañuelo; o convertirse en prenda amarilla para terminar en un pequeño fleco deshilachado, a juego con su chaqueta y sus botines abiertos a los lados.

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