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PASEAN SUS ATAÚDES PARA HACER FRENTE A LA MUERTE

La fiesta de los 'vivos' en A Pobra do Caramiñal

En A Pobra do Caramiñal, en A Coruña, miles de personas se reúnen para celebrar que han superado una enfermedad grave. Lo hacen tras ofrecerse al Nazareno de una manera muy peculiar: recorrer el pueblo en una peregrinación de tres horas portando sus propios ataúdes. Una tradición que se remonta al siglo XV.

Nicandro Díaz acaba de superar una intervención muy complicada de pulmón. Por eso está frente a su ataúd, le ha ganado una batalla a la muerte. "Yo estuve a punto de morir en una operación y cuando resucité se lo ofrecí al Nazareno", explica.

Sus nietos portan su féretro vacio. Como él, miles de personas se concentran en esta procesión. Aquí las emociones están a flor de piel. Una mujer se emociona al recordar que el motivo de su ofrecimiento es "por mi hijo, que se salvó de una operación de corazón".

"Yo tambíen me ofrecí por un cáncer y ahora vengo por mi sobrino nieto", relata otra participante en la procesión.

Y es que los niños protagonizan la cabeza de la romería. Este año han ofrecido tres ataúdes infantiles.

Hasta 50 000 personas participan en la procesión. Muchas vestidas con una túnica malva, o portando velas, otras deciden iniciar la marcha descalzas. "Con el dolor que llevo en la cabeza y con las espinas clavadas ahora aguantaré tres horas y pico de procesión gracias a la fe", asegura otra penitente.

Pero nos recuerdan que esta festividad es motivo de celebración. Festejar que siguen vivos, que han superado el trago más amargo. Aquí, en la procesión de las mortajas de A Pobra se le planta cara cada año, a la muerte.

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