Así ha sido el cambio de vida de Salva, de vivir en el aeropuerto a encontrar trabajo: "A mis compañeros, sed fuertes, os vienen tiempos mejores"

Esta semana, la vida de Salva ha cambiado por completo en apenas dos días. Después de pasar los últimos casi cuatro años de su vida durmiendo en el aeropuerto de Madrid-Barajas por falta de recursos, ha conseguido un trabajo y un techo gracias a la televisión y a la bondad de un hombre.

A sus 28 años, la desesperación llevó a Salva a vivir en el aeropuerto, donde al menos tenía luz, un techo bajo el que resguardarse y vigilancia. Sin embargo, las recientes medidas de seguridad de Barajas hacen cada vez más difícil la vida de las personas sin hogar allí.

La realidad de 500 personas

Casi 500 personas viven en el aeropuerto de Barajas. Salva era uno de ellos y asegura que, pese a que estar allí es mejor que estar en la calle, existen muchos problemas y necesitan ayuda.

El principal inconveniente de las personas sin hogar del aeropuerto es la creciente violencia y el miedo con el que conviven cada noche. Sin embargo, Salva asegura que también existe gente muy buena y honrada y que todos ellos necesitan ayuda: "No solo hay que ayudar a la gente buena, que también la hay, sino a los que hay que reinsertar".

La nueva vida de Salva

Al escuchar su situación, nuestros compañeros del programa Espejo Público decidieron darle una segunda vida a Salva, consiguiéndole un trabajo como camarero en un hotel de Asturias. El propietario se ofreció a pagarle la comida y el alojamiento a cambio de trabajo, logrando sacarle del aeropuerto después de tres años.

Al día siguiente, Salva se despidió de sus compañeros, poniendo fin a su etapa más difícil y comenzando, entre lágrimas de agradecimiento y emoción, la que sería su nueva vida.

El mensaje a sus compañeros

Salva ha logrado cambiar el rumbo de su vida, pero no se olvida de los que aún no han podido hacerlo. Por eso, lanzó un mensaje a sus compañeros en nuestro programa: "Sed fuertes, os vienen tiempos mejores".

El joven continúa pidiendo ayuda a las autoridades, pero, sobre todo, a los ciudadanos. "Cada español, que haga ruido y que proclame el grito", ruega Salva.

Cientos de personas continúan resguardándose en el aeropuerto, viviendo con frío, entre suciedad y violencia. ¿Lograrán pronto medidas para poder salir adelante?