Okupas
Un vecino de Cubelles, en Barcelona, agredido por un okupa: "Me ha roto la nariz"
Miguel ha pasado la noche en el hospital. Su vecino okupa le ha roto dos huesos de la cara y un dedo. Lleva tres años sufriendo ruidos y peleas en su bloque. Ahora ha sido amenazado de muerte por el okupa que vive en su mismo rellano y pide ayuda.
Miguel ha sufrido una brutal agresión de su vecino okupa. Ha ocurrido en Cubelles, en Barcelona. La víctima tiene dos huesos rotos en la cara, en la nariz y el pómulo, y también otra fractura en un dedo. Todo ocurrió en la tarde de ayer. El enfrentamiento se produjo cuando Miguel se encontró con sus vecinos okupas, una pareja joven que lleva tres años viviendo en su mismo rellano, en el piso de enfrente. Él les recriminó que pasearan a su perro por las zonas comunes de la urbanización, sin bozal y sin correa. Según él, se trata de un can de raza peligrosa. El okupa respondió de manera violenta.
Se enzarzaron en una pelea y el agresor le golpeó en la cara. Es la versión de la víctima. Poco después, Miguel se grabó en vídeo, con la cara ensangrentada, para narrar lo ocurrido. "Así ha quedado mi cara después de tener una pelea con el okupa que tengo enfrente de mi casa, que no es un okupa vulnerable. Me ha pegado una paliza por pedirle que no llevara a su perro peligroso sin correa y sin bozal. Esto ha derivado en una pelea y yo he acabado así, porque esta gente no admite ningún tipo de reproche", relataba Miguel.
Además, la víctima ha contando en el mismo vídeo que el okupa le amenazó de muerte delante de la Policía, que acudió a la llamada de los vecinos. Miguel asegura que el agresor también le dijo que le iba a dejar cojo y que iba a agredir a su esposa. Después de la pelea, el okupa también se mofó de las lesiones que le había causado a Miguel. La víctima tuvo que acudir a urgencias y ha pasado toda la noche en el hospital. Y lo peor, tendrá que someterse a una operación por culpa de las fracturas.
Una pesadilla que comenzó en 2019 para este vecino
La pesadilla de Miguel, que es propietario de su piso desde hace 17 años, empezó en 2019, cuando la pareja de okupas irrumpió en un piso del edificio, que es propiedad de un banco. Desde entonces, estos inquilinos ilegales se han enganchado al suministro de luz de manera fraudulenta, y han causado innumerables molestias por ruidos y peleas.
En el vídeo grabado por Miguel, él insiste en que sufre amenazas de manera habitual y considera "peligroso" al okupa. Miguel está desesperado. Insiste en que ha pedido la colaboración de sus vecinos, pero que no quieren problemas y "miran para otro lado". También ha pedido ayuda a políticos y policía, sin obtener respuesta alguna. Se siente solo y abandonado. Hoy ha recibido el alta del hospital. Va a denunciar los hechos. Quiere que su caso se difunda para parar los pies a estos okupas. Al final del vídeo que se ha grabado se muestra angustiado y dice: "Mírenme cómo ha quedado mi cara, mi camiseta... Esto no es Halloween. Esto es convivir con un delincuente puerta con puerta", dice.