Violencia de género

Miriam, víctima de violencia de género: "Me dejó medio muerta pero la administración no reconoce que tenga secuelas"

A finales del mes de octubre a Miriam Cabrera la operaron por última vez de las secuelas que le dejaron la agresión que sufrió por parte de su pareja. Su agresor la dejó medio muerta después de apuñalarla, degollarla, golpearla y obligarla a tragar hasta 19 pastillas de diazepan.

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Miriam Cabrera es una de las mujeres que ha logrado sobrevivir al ataque de su agresor. Recuerda todo de las 4 horas de pesadilla que la dejaron medio muerta y por las que estuvo 4 semanas en coma. Su pareja le sometió a una tortura en la que la apuñaló, la degolló, le dio una paliza y antes de irse le hizo tragar 19 pastillas de diazepam. Quería asegurarse que de ninguna manera iba a salir viva de allí. Al final le cortó el cuello y la dio por muerta.

Sin embargo, Miriam en realidad se hizo la muerta porque quería proteger a su hijo, al que cree que su agresor mataría cuando regresara a casa. Llegó a la calle, sujetándose los intestinos con un brazo mientras se arrastraba para bajar las escaleras, y llegó a la calle. "Son 4 horas que tengo en la cabeza y tengo la sensación de haber ganado porque aunque yo muriera a mi hijo no le iba a hacer nada".

"Las secuelas son permanentes pero la administración no me las reconoce"

No puede coger peso, lleva faja 24 horas, no puede hacer ejercicio, ni ha podido recuperar su vida. Las secuelas son permanentes y lamenta que la administración no se las reconozca.

Su agresor cumple una condena de 18 años y medio por una tentativa de asesinato. La condena aún no es firme porque recurrió ante el Supremo. "Sé que desde el TS se han opuesto pero tiene derecho a que se resuelva. Yo sigo sin sentencia firme y sin poderme acoger a otro tipo de ayuda.

"El tribunal médico me dice que solo tengo heridas a nivel dermatológico"

Cuenta que se ha sentido arropada por su entorno y por la Justicia pero no por la administración. A Miriam no le reconocen ningún tipo de discapacidad. "La médica forense me contó todas las heridas y cicatrices pero desde el tribunal médico me dicen que solo tengo una herida a nivel dermatológico y que eso no me impide hacer nada". Recurrió esta resolución ante el juzgado de lo social. Su abogado pidió un aplazamiento y la jueza lo denegó, así como el derecho a que fuera reconocida por un médico forense

Cuenta que conoce a su agresor desde la infancia y antes del episodio nunca antes había dado signos de violencia. Eran amigos desde pequeños y conocía a su familia. "Yo estaba predispuesta a no pensar nada malo de él", apunta.

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