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ERA CORREO DE LA DROGA
La complicada vida de Noelia, madre de los niños secuestrados en Bolivia
Noelia Magaña es la madre de los dos niños, de 11 años y tan solo 3 meses, secuestrados en Bolivia como garantía de pago de una deuda contraída por la madre con unos narcotraficantes. Entre ellos, Carlos Durán, su propia pareja.
Noelia tuvo su primer hijo con un ecuatoniano en Yecla, Murcia, de donde es natural. Tras romper esta relación se marcha al país andino porque se enamora de un boliviano. Pero allí se queda sola, viviendo en un pequeño apartamento con sus hijos en un barrio complicado. Desesperada conoce a Carlos, su actual pareja, un narcotraficante que logra convercerla para que haga de mula, de transportista de la droga. Mientras viaja a España, Noelia deja a sus hijos al cuidado del hombre boliviano con el que llegó al país. Así, envuelta entre su ropa, viaja hasta Barcelona con casi un kilo de cocaína. Su objetivo, vender toda la droga en España y enviar el dinero, 20.000, en pagos fraccionados de 2000.
Desde Barcelona, Noelia viaja a Yecla para renovar unos papeles. Es aquí, durante en un control policial, cuando es detenida. Los agentes abren su maleta y encuentran 16.000 euros y parte de la droga, 35 gramos. Noelia reconoce entonces a los agentes que debía enviar ese dinero procedente de la droga a Bolivia y que hasta el momento solo había realizado dos pagos.
Nerviosos, los narcotraficantes, entre ellos su pareja sentimental, localizan a los menores y deciden raptar a los niños para forzar a que les devuelvan el dinero. Los pequeños estuvieron en casas separadas, el mayor a cargo de una mujer, una de las detenidas, y el menor al ciudado de Carlos. Es entonces cuando comienzan los mensajes amenazantes hacia la familia de Noelia: a su madre, al padre del hijo mayor y al hermano de Noelia.
La familia decide denunciar el rapto de los menores. Dos agentes españoles de la sección de secuestros y extorsiones viaja al país andino para colaborar con la polciía boliviana. Y logran una prueba de vida. El niño de 11 años llama a su padre desde una cabina de teléfonos. Gracias a esa llamada los agentes triangulan la señal y localizan la dirección. Los dos niños están secuestrados en la ciudad boliviana de Santa Cruz de la Sierra. Así, finalmente logran arrestar a los 4 secuestradores.
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