Todas las razones para conocer 'La novia de Estambul' en Nova

'La novia de Estambul', la nueva serie turca de Nova, es una historia que tiene como eje central los sentimientos. Todo gira en torno a los sentimientos románticos de Süreyya y Faruk, los sentimientos familiares de la matriarca Esma, los sentimientos fraternales de los hermanos Boran… Solo hace falta observar durante unos minutos a todos estos personajes para comprender que vamos a tener muchas razones para ser testigos de ese puente emocional que va desde Estambul a Bursa.

Una invitada inesperada

Süreyya, interpretada por Asli Enver, es la protagonista de esta historia y, desde el primer momento, simpatizamos con ella. Es evidente que su vida no es fácil, que no tiene estabilidad laboral y que va algo justa de dinero. Pero, aún así, transmite alegría y ¿cómo decirlo? ¿energía positiva?

Süreyya es una de esas personas que quieres tener cerca porque siempre está dispuesta a tenderte la mano para ayudarte. De hecho, ayuda a Faruk con su despiste en la cafetería y a Osman con su ataque de asma.

Y va a necesitar toda su generosidad, toda su bondad, toda su paciencia, toda su positividad para enfrentar el futuro que se le avecina. La vida ha sonreído a Süreyya al poner en su camino a un buen hombre que la quiere, pero le ha jugado una mala pasada con su familia política.

Especialmente con su suegra, que ya sabe que una serpiente va a entrar en su casa y no duda ni un segundo al pensar que la chica humilde que se gana la vida cantando en clubes nocturnos es el reptil que amenaza su familia, su respetabilidad, su honor y su buen nombre.

¿Será capaz Süreyya de proteger su relación con Faruk de los ataques de terceros? ¿Logrará que Esma la vea como la mujer que ama su hijo y no como una amenaza? ¿Encontrará su sitio en el universo Boran o será siempre una extraña? ¿Su viaje a Bursa es solo de ida o debería comprar un billete de ida y vuelta a Estambul?

La ruptura del cordón umbilical

Si Süreyya vive su vida con total independencia (salvo por su tía), Faruk (Özcan Deniz) sobrelleva como puede el continuo, constante y persistente control que su madre ejerce sobre él, sobre su vida, sobre sus relaciones y sobre sus decisiones.

Cuanto más insiste Esma en reclamar la presencia de su hijo primogénito en Bursa, más motivos parece encontrar Faruk para permanecer en Estambul. Él habla de negocios, pero nosotros escuchamos libertad. Faruk es ya un hombre hecho y derecho, pero Esma sigue pensando que es un niño al que puede controlar y dirigir.

Por ahora Faruk parece inmune a las órdenes maternas y demuestra tener mano izquierda para manejarla. No tiene la más mínima intención de volver al redil, pero sabe encontrar las palabras justas para que Esma no tense más la cuerda.

Pero la llegada de Süreyya puede alterar ese statu quo. Faruk quiere a esa desconocida en su vida y se las ingenia para encontrarla y conquistarla. ¿Será capaz de soportar la presión materna y defender su relación? ¿Cómo reaccionará al proyecto marital que planea Esma?

Fobia a las serpientes

Si el romance de Faruk y Süreyya es uno de los grandes puntos fuertes de esta historia, sin duda el personaje de Esma (Ipek Bilgin) es otro de ellos. Solo hace falta una secuencia para darnos cuenta de que podemos estar ante una de esas matriarcas que se consideran poseedoras de la verdad absoluta y que piensan que solo ellas y nadie más que ellas están cualificadas para tomar las mejores decisiones posibles sobre la vida de sus hijos.

Esma es la gran señora que mueve los hilos de su familia y que se enerva cada vez que alguno de sus retoños intenta ir por libre. Los tres pequeños parecen tener claro que su destino pasa por la cabeza y las manos de su madre, pero Faruk ha resultado ser un espíritu libre. Y eso es algo que molesta profundamente a Esma.

Y como Esma es una mujer inteligente sabe que cuanto más tiempo pase sin actuar más complicado será retener a su hijo. E idea lo que ella considera un plan perfecto. Buscarle una esposa a Faruk para que prefiera estar en la casa familiar y no en su apartamento de soltero en Estambul.

El problema está en que Esma no asume que su hijo es perfectamente capaz de tomar sus propias decisiones y de elegir por sí mismo a la mujer con la que quiere casarse.

¿Aceptará Esma a la nuera elegida por su hijo o presionará para que su candidata sea quien reciba el anillo de compromiso? ¿Será Süreyya la serpiente que tanto teme Esma o se ha confundido de terrario y el peligro está en otro sitio? ¿Estar tan pendiente del futuro de su primogénito hará que pierda el control sobre el esto de sus hijos?

¿Guerra fraternal?

Aunque el triángulo emocional que se está creando entre Faruk, Sureyya y Esma capta nuestra atención en los primeros compases de esta serie, no podemos perdernos algunos otros detalles importantes entendiendo por detalles a los otros hermanos Boran.

De Osman sabemos que no le gusta el mundo nocturno, que es asmático y que ha quedado prendado de Süreyya solo con verla. ¿Cómo actuará cuando vea a Süreyya de la mano de su hermano? ¿Se hará a un lado o luchará por ella? ¿Ayudará a la pareja o la boicoteará?

En cuanto a Fikret, tiene todos los ingredientes del hermano que se siente ninguneado. Faruk es el gran hombre de negocios que cierra acuerdos multimillonarios en la bulliciosa Estambul, mientras que él gestiona los asuntos de provincias. Faruk entra y sale cuando y con quién le apetece, pero Fikret tiene que llegar para cenar puntualmente y ejercer de perfecto anfitrión. Y, por supuesto, no podemos obviar el más que evidente interés de Fikret por Ipek, que, por supuesto, es la elegida por la matriarca para ser la primera nuera de los Boran. ¿Se conformará Fikret con ser el hermano secundario o reivindicará un mayor protagonismo?

Finalmente, tenemos a Murat, que parece querer mantenerse al margen tanto de los negocios como de las intrigas familiares. La duda está en si conseguirá mantener su perfil bajo si su madre capta alguna de las miradas que le lanza a una de las criadas.

Es poco lo que sabemos por ahora de esta historia, pero todos los datos e indicios que tenemos apuntan hacia la misma dirección. La llegada de Süreyya a la vida de Faruk y, en consecuencia, a la familia Boran va a suponer todo un cataclismo para ella y para todos los demás.

¿Soportará la joven cantante las rígidas normas y la intransigencia de su suegra? ¿Será Faruk capaz de mediar entre las dos mujeres de su vida para evitar que su convivencia se convierta en una pesadilla? ¿Respetará Esma la autonomía emocional de su hijo o persistirá en su intento de controlar sus sentimientos? ¿Qué papel jugarán los demás hermanos en este nuevo escenario familiar? ¿Serán aliados de la pareja o preferirán mantenerse a cobijo de la ira de su madre?

Por lo tanto, tenemos justo lo que más nos gusta como audiencia. Demasiadas preguntas, abundantes dudas, pocas respuestas y muchas ganas de ir descubriendo día a día el futuro de ‘La novia de Estambul’.

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