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BETTY VE TELENOVELAS

5 razones para viajar cada tarde con 'Betty en NY' en Nova

La historia de 'Betty, la fea' es ya un clásico y, como todos los clásicos, su revisión es complicada tanto para sus promotores como para los espectadores que nos debatimos en la duda constante de si mantenernos fieles a la historia original o darle una oportunidad a las sucesivas versiones. La experiencia nos dice que hay remakes dignos de permanecer guardados en el cajón del olvido, pero también los hay que logran sorprendernos y conquistarnos de nuevo. En el caso de 'Betty en Nueva York', hay cinco razones por las que merece la pena darle una nueva oportunidad.

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Elyfer Torres, la nueva Betty

Enfrentarse a un personaje icónico siempre es complicado por aquello de que 'las comparaciones son odiosas'. Por ello, por el mero hecho de haber aceptado interpretar el rol de Beatriz Rincón, Elyfer Torres ya merece el aplauso y el reconocimiento de los espectadores.

Partiendo de esta premisa, nos toca conocer a esta nueva Betty. Una Betty que vive soñando con el trabajo para el que lleva preparándose toda la vida, pero que choca una y otra vez con el techo de cristal de la apariencia física. Está sobradamente preparada. Sobrecualificada, en palabras del director de Personal de Valencia & Mendoza, pero se da de frente contra la pared de los prejuicios y las amistades interesadas.

Sin embargo, Betty no es solo un pelo alborotado, una cara sin maquillaje y un estilo muy personal. Betty es, sobre todo, una luchadora, que no se amilana con los rechazos. Es cierto que las críticas y los insultos duelen, pero Betty se sobrepone y vuelve a intentarlo. Una no llega a ser la mejor de su promoción encogiéndose sobre sí misma, sino esforzándose aún más para superarse.

Erick Elías, un galán en apuros

El rol de don Armando le ha tocado esta vez a Erick Elías y por ahora parece que el traje le queda a medida. Tenemos a un Armando tan ilusionado con su nuevo proyecto profesional que está dispuesto a todo con tal de lograr su objetivo.

En primer lugar, no duda en renunciar a su adorada soltería poniendo un anillo de compromiso en el dedo de Marcela. El tiempo nos dirá si pecamos de malpensados, pero su repentino romanticismo parece provocado más por la necesidad de sumar votos en la junta directiva de la empresa familiar que por el deseo de pronunciar los votos nupciales con el amor de su vida. Y su visita al baño de mujeres confirma nuestra posición inicial.

Eso sí, justo es reconocer que Armando tiene un proyecto empresarial. Tal vez el encaje de los números y las previsiones de ventas, crecimiento y desarrollo no sean las más ortodoxas, pero él tiene una visión de negocio a largo plazo y va a poner todo de su parte para desarrollarla. Y, sobre todo, para demostrarle a su padre que él era la opción correcta para la presidencia y no su enemigo Daniel.

Por cierto, será interesante ver cómo evoluciona la relación paterno-filial porque parece evidente cierta desconfianza del padre hacia el hijo y cierta necesidad del hijo de conseguir la aprobación del padre.

Así pues, Armando tiene muchos retos en su nueva vida: esquivar los ataques de celos de Marcela, evitar los ataques empresariales de Daniel y cuadrar las cifras para que no quiten la silla presidencial dentro de un año. Y en esos tres campos de batalla va a tener como gran aliada a Betty. Su nueva secretaria ya le ha salvado de una crisis inminente. Y eso antes incluso de que firmara su contrato laboral.

Marcela, en la duda constante

Betty va a ser fundamental en la vertiente empresarial de Armando, pero también en su vida personal. A la espera de cómo se desarrolle su relación, en un primer momento va a tener un papel clave como muro de contención a los ataques de celos de Marcela (Sabrina Seara).

El personaje de Marcela es uno de los más interesantes de toda la serie. Es una mujer inteligente, preparada, exitosa, pero pierde toda su capacidad de raciocinio cuando tiene a Armando delante. Está enamorada y se le nota.

Ha aceptado casarse con Armando y lo ha hecho creyendo de verdad en un futuro con el amor de su vida, pero todo el enamoramiento que siente no logra acallar la vocecita interior que enciende la luz de alerta cada vez que visualiza a una modelo cerca de su prometido. ¿Seguirá convencida Marcela de querer casarse con Armando?

Ricardo y Patricia, los leales escuderos

La relación entre Armando y Marcela es una bomba de relojería constante y para desactivar los sucesivos detonadores cuentan con la ayuda de dos leales escuderos, Armando tiene en Ricardo (Aarón Díaz) a un amigo, un socio, un confidente y un estratega de artimañas. Sin embargo, es complicado valorar si la compañía de Ricardo es un plus o una carga para Armando. Está bien tener cerca a alguien con quien intercambiar los pantalones para esquivar las sospechas de una novia celosa, pero su hobby por disfrutar de la compañía de las modelos puede causar incontables quebraderos de cabeza a su amigo.

Como dato curioso, resulta llamativo que uno de los galanes más reconocidos del género interprete aquí el papel de mejor amigo del protagonista. Supone una ruptura con esa vieja regla no escrita pero muy estricta que encasillaba a según qué actores en según qué personajes. Este movimiento de roles supone una oportunidad para los intérpretes de abandonar los clichés y mostrar otras facetas de su talento.

Del otro lado del ring de leales escuderos tenemos a Patricia Fernández (Sylvia Sáenz), que solo ha necesitado una escena para cautivarnos por completo. Es cierto que representa y ejemplifica todo aquello que no debe imitarse, pero, sin duda, está llamada a regalarnos grandes momentos en la serie.

Probablemente Patricia nunca fuera la más inteligente de la clase, pero, sin duda, tiene el coeficiente intelectual justo y necesario para saber posicionarse dónde debe y junto a quién debe para mantener un estatus al que se niega a renunciar. Y esa habilidad también hay que reconocerla. Patricia no tendrá ni idea de inversiones en Wall Street, pero es una maestra a la hora de invertir en amistades de la Gran Manzana.

Ahora bien, esa capacidad ¿se debe a su habilidad como relaciones públicas o tiene más que ver con la suerte? ¿Hasta cuándo soportará Marcela a su mejor amiga? ¿Será capaz Patricia de cumplir con la misión 'No perder de vista a Armando'?

El papel de las familias

Si bien Betty, Armando y el universo V&M son el centro neurálgico de esta historia, no debemos perder de vista a las respectivas familias.

Por lo que hemos visto ahora los Rincón son una familia unida, donde Betty es el máximo orgullo de unos padres que se sacrificaron durante años para darle todas las oportunidades posibles.

Y ahora Betty se siente con la responsabilidad, y casi la obligación, de responder a ese esfuerzo logrando el trabajo de sus sueños. Por eso no duda en presentarse a una entrevista para un puesto para el que está sobrecualificada. Por eso omite informar a sus padres de que va a trabajar como secretaria.

Porque Betty no tiene problema en renunciar a la categoría profesional para echar una mano en su casa y más ahora con el problema judicial que se le avecina a su padre.

En cuanto a los Mendoza, parece que Margarita es una incondicional de su hijo, pero Roberto parece tener más dudas sobre la valía de su hijo.

En definitiva, estamos ante una historia que ya conocemos, pero con unos personajes tan ricos en matices, con unas interacciones tan intensas y con un escenario tan fascinante como Nueva York, seguro que son muchos y muy interesantes los momentos que nos aguardan.

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