BETTY VE TELENOVELAS
Las 10 madres coraje turcas que más nos han impresionado en Nova
Las series turcas en Nova nos han dejado personajes inolvidables, entre ellos sus madres, figuras complejas capaces de sacrificarse por sus hijos. Desde la ternura de Zeynep o la valentía de Nefes hasta la determinación de Hürrem, estas protagonistas han mostrado todas las caras posibles de la maternidad, emocionando y sorprendiendo a la audiencia.

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Desde que las series turcas llegaron a Nova han sido muchos los personajes que nos han cautivado, pero, entre ellos, destacan, sin duda, varias madres coraje que han dejado claro que harían de todo por sus hijos.
Son muchos los estilos de madre que hemos descubierto: las sobreprotectoras, las decididas, las valientes, las cariñosas, pero también las ambiciosas y egocéntricas. Pongamos algunos ejemplos de aquellas que más nos han impresionado.
Zeynep, la Madre de Melek

El caso de Zeynep (Cansu Dere) es el de una madre por elección. No tenía ni un ápice de instinto maternal hasta que se cruzó en su camino la pequeña Melek (Beren Gökyıldız). Ellas demostraron que para formar una familia solo se necesita una cosa: amor.
Zeynep eligió ser la madre de Melek y Melek eligió a Zeynep como madre. A partir de esa decisión en una solitaria playa, nada ni nadie pudo separarlas porque su vínculo era mucho más fuerte que el genético o el legal. No lo tuvieron fácil. Es más, lo tuvieron muy difícil. Todo estaba en su contra, pero su voluntad fue más fuerte que nada.
Nefes, una madre Fugitiva

También hemos conocido madres dispuestas a sacrificarlo todo por sus hijos. Un buen ejemplo fue Nefes, que no dudó en poner su propia vida en peligro para darle a su hijo aquello que nunca había tenido: libertad.
Y, además, en su huida también encontró aquello que más necesitaba: una familia. El ciervo peludo azul, el lobito y el tigre del mar sobrevivieron a la marejada para emprender una singladura juntos.
Cemre, una madre En llamas

Una situación muy parecida a la de Nefes la vivió Cemre (Demet Evgar) en En llamas. Ambas vivieron un matrimonio donde los malos tratos eran el día a día y ambas lucharon por proteger a sus hijos de los monstruos que tenían por padres.
Y, desde luego, Cemre tampoco lo tuvo fácil. El poder, la maldad, el rencor y la altanería de Celebi le hicieron recorrer un largo y tortuoso camino en el que el único objetivo era poner a salvo a su hija.
Sherezade, madre Mil y una noches

Salvar a su hijo también fue el propósito vital de Sherezade en Las mil y una noches. En su caso, no tenía que cuidarlo de un padre maltratador, sino que su enemigo era más silencioso. El pequeño Kaan sufría una grave enfermedad y el tratamiento era demasiado costoso para una madre sola.
Por eso, entendimos que aceptase la noche negra que le propuso su jefe. Era un precio muy caro, pero para Sherezade la salud de su hijo no tenía precio.
Cemile, una madre en un Mar de amores

También tuvo que enfrentar la maternidad en solitario fue Cemile en Mar de amores. Nunca olvidaremos la escena en la que tuvo que abandonar el que había sido su hogar con sus cuatro hijos y apenas lo puesto. Ni la desangelada casa que tuvo que convertir en un hogar mientras su marido disfrutaba de la vida con su amante.
Cemile fue siempre el punto de encuentro en el que sus hijos (con sus incontables problemas) encontraron apoyo, consuelo, cariño y también algún reproche.
Zehra, una madre secreta en El secreto de Feriha

Feriha, más conocida como la hija del portero, también tuvo en su madre a su mayor aliada a pesar de no ponérselo fácil. Todos oímos romperse el corazón de Zehra cuando Feriha, en su etapa de falsa niña rica, la negó como madre.
Pero también todos fuimos testigos de sus esfuerzos para que su hija no tuviese que ganarse la vida destrozándose las manos con lejía. Zehra vivía zigzagueando entre su deseo de un buen futuro para su hija como mujer profesional e independiente y su respeto a las tradiciones que la hacían horrorizarse de que Feriha eligiese un bikini en el mercado del barrio.
Hürrem, la madre de El sultán

En el caso de la sultana Hürrem, tuvo que hacer auténtico encaje de bolillos para atender todos los frentes que su condición de favorita del sultán Soleiman le abría. Eso sí, al que le dedicó más tiempo fue en asegurar un futuro a sus hijos.
Y lo de "un futuro" es en sentido literal porque literalmente la vida de todo ellos estuvo más de una vez en peligro y, de hecho, vivió ese duelo al mismo tiempo que se esforzaba en conservar la atención del sultán y en esquivar los cuchillos de sus múltiples enemigos.
La señora Fazilet, una madre con perspectiva propia

Otro perfil de madre que también hemos conocido es el de aquella que tiene muy claro qué es lo mejor para sus hijos (hijas en el caso de la inigualable señora Fazilet) y que, por supuesto, no tiene para nada en cuenta la opinión, deseos o expectativas de las afectadas.
Fazilet sabía qué era lo mejor para Hazan y Ece y, por supuesto ese "o mejor" era sinónimo de un marido con una cuenta saneada y, a ser posible, con una bonita mansión frente al Bósforo. Eso sí, en el pack iba incluido que ella también disfrutaría de esas comodidades.
Melek, la madre sufridora de Elif

Si ha habido una madre que ha sufrido lo indecible por su hija esa fue Melek, la madre de la inolvidable Elif. Es cierto que ella pecaba en bastantes ocasiones de cierta falta de carácter, pero hay que reconocer que las innumerables vicisitudes que vivió su hija supondrían un reto para cualquier madre.
Karsu, una madre con Amor sin límite

La última en entrar en este selecto club es Karsu (Özge Özpirinçci), a quien conocimos viviendo el peor drama que puede vivir una madre: la pérdida de su hijo. Fuimos testigos de su desesperación al no encontrar al pequeño Kuzey. También vimos su renacer cuando logró dar con él. Y también de la complicada reconexión materno-filial.
Podríamos hablar de otras muchas madres que nos han marcado a lo largo de todos estos años en Nova. Por ejemplo, Gülseren de Paramparça; Seher, de Ciudad cruel; Nefise, de Alas rotas, o Esma, de La novia de Estambul.
Todas ellas, con sus virtudes y sus defectos, con sus aciertos y sus errores, con su ternura o su frialdad, han dejado huella en sus hijos y también en los espectadores.
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