LA VUELTA AL COLE

¿Somos malos padres si deseamos que los hijos vuelvan ya al colegio?

Sentir que deseas volver a la rutina es algo natural que refleja la necesidad de equilibrio en nuestras vidas. No hace falta esconder ese sentimiento a los hijos, puedes hablarlo con ellos y dar ejemplo. Te cuento cómo y por qué en este artículo.

Padre acompañando a sus hijos al colegio

Padre acompañando a sus hijos al colegioiStock

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Con el fin de las vacaciones y el inicio de las clases, muchos padres y madres experimentamos una mezcla de emociones. Por un lado, sentimos nostalgia de los días de verano en familia, de los momentos especiales y los recuerdos que hemos creado juntos. Por otro, deseamos de una vez por todas que nuestros hijos vuelvan al cole y vuelva la rutina, que nos aporta cierta tranquilidad y paz.

Pero al desear no tener a los hijos a todas horas con nosotros... llega el sentimiento de culpa. Vamos a explorar un poco este sentimiento natural desde una perspectiva consciente.

¿Por qué nos gusta la rutina?

Es completamente normal que, como padres, anhelemos la rutina escolar durante las vacaciones. La rutina nos proporciona horarios regulares y un sentido de normalidad. Saber que nuestros hijos están en la escuela durante ciertas horas del día nos permite organizarnos mejor, cumplir con nuestras responsabilidades y recuperar algo de tiempo para nosotros mismos.

¿Les puedo decir a mis hijos que tengo ganas de tener mi espacio?

Es importante reconocer que desear el regreso a la escuela no es un acto de egoísmo. Todos necesitamos tiempo para cuidar de nuestras propias necesidades y bienestar. La crianza consciente nos enseña que cuidarnos a nosotros mismos es fundamental para poder cuidar a nuestros hijos de manera más efectiva.

Es importante identificar que una parte esencial en la dinámica familiar es la comunicación abierta con nuestros hijos. En lugar de ocultar nuestros sentimientos, podemos compartir con ellos, siempre con prudencia y transmitiendo un mensaje oportuno, nuestras emociones sinceras.

Es positivo explicarles que los amamos y que nos ha encantado pasar tiempo en familia, pero que también necesitamos tiempo para otras responsabilidades y actividades profesionales o personales. Dar este paso en la comunicación es saludable, puesto que les mostramos cómo poder equilibrar las necesidades individuales y familiares.

Equilibrio y flexibilidad

Durante las vacaciones hemos tenido la oportunidad de conectar más profundamente con nuestros niños. Hemos compartido risas, conversaciones significativas y actividades juntos.

La clave es mantener esta conexión emocional también en la época escolar. Podemos conseguirlo si programamos momentos especiales y mostramos interés genuino en sus experiencias escolares.

También hemos aprendido el valor del tiempo de calidad... así que aprovechemos esa lección al volver a la rutina escolar. Aunque el tiempo juntos ahora sea más limitado, podemos hacer que cuente si participamos activamente en sus vidas escolares, apoyándolos en sus desafíos y celebrando sus éxitos.

Durante todo el curso, pero sobre todo en el inicio escolar, el equilibrio y la flexibilidad son muy importantes. Los niños pueden necesitar tiempo para adaptarse a la escuela nuevamente y esto puede implicar más cansancio y ajustes durante las primeras semanas.

Con todo, está claro que no somos peores padres ni madres por desear que nuestros hijos empiecen ya el colegio. Es un sentimiento natural que refleja la necesidad de equilibrio en nuestras vidas.

La crianza consciente fomenta relaciones sanas con nuestros hijos, nos enseñan a mantener una comunicación abierta, a cuidar de nosotros mismos y a valorar el tiempo de calidad con nuestros hijos, sin importar si están de vacaciones o en la escuela.

Recordemos que lo más importante es mantener una conexión emocional sólida con nuestros hijos y apoyar su crecimiento y desarrollo, independientemente de la temporada del año en la que estemos.

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