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Sexo sin ganas: causas y consecuencias

La sexualidad es un tema aún muy tabú en la sociedad, a pesar de que pueda parecer lo contrario. Practicar sexo consentido con tu pareja, pero sin tener ganas, pasa factura a nivel emocional y físico. Repasamos las principales causas y consecuencias.

Una pareja en un momento afectivo

Una pareja en un momento afectivoPexels

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Las relaciones sexuales generan en el cerebro sustancias tan beneficiosas como las endorfinas y la oxitocina. Además, las relaciones sexuales si son satisfactorias nos producen emociones positivas hacia nosotros mismos y hacia la otra persona. De esta forma, si se trata de una relación sexual dentro de una relación de pareja, además, se desarrollan dos áreas muy importantes como son la pasión y la intimidad.

Sin embargo, para que estas relaciones sexuales den sus frutos (en cuanto a los beneficios que hemos mencionado) es fundamental que la relación sexual sea con ganas. Cuando decimos "con ganas" nos referimos no solo a que sea un acto consentido, sino también a que sea con deseo, con excitación… es decir, que realmente nos apetezca mantener esa relación sexual por el mero hecho de mantenerla.

¿Por qué hay parejas que practican el sexo sin ganas?

Llevar a cabo relaciones sexuales sin ganas puede deberse a distintas causas. Algunas de esas causas también pueden convertirse en consecuencias, como un círculo vicioso. A continuación, describimos 3 causas del sexo consentido pero sin ganas:

1. Dificultad para poner límites

Si vemos que nuestro compañero o compañera está muy excitado, podemos tener la necesidad de complacer al otro… es muy importante que esto no se convierta en la conducta sistemática porque entonces claramente tenemos un problema con los límites.

Por otro lado, también puede suceder que, aunque no sintamos ganas, nos mostremos abiertos a la posibilidad de excitarnos… esto está muy bien, aunque si finalmente y por desgracia no hemos conseguido excitarnos debemos de ser capaces de comunicarnos y de poner límites.

2. Necesidad de aprobación

A veces "queremos" mantener una relación sexual no porque deseemos realmente esa relación sexual, sino porque lo que buscamos es sentirnos deseados y atractivos. Esta causa se relaciona mucho con la carencia en la identidad y problemas de autoestima.

3. Falta de comunicación

En el ámbito sexual muchas veces aparecen inseguridades y mensajes que nos da vergüenza transmitir. En las relaciones de pareja es muy importante comunicarnos en todos los ámbitos, incluido el sexual, ya que las personas presentamos grandes diferencias con respecto a lo que nos gusta en la cama y a los tiempos de excitación.

¿Qué pasa si se tiene sexo sin ganas?

Existen numerosas consecuencias del sexo sin ganas que afectan tanto a nuestro bienestar físico como emocional. A continuación, destacamos 3 de ellas:

1. Baja autoestima

El hecho de no darle importancia a nuestras emociones para priorizar los deseos de otras personas es devastador. Aunque pensemos que no nos afecta, nos afecta. Nos traicionamos a nosotros mismos cada vez que actuamos de esta forma. Para desarrollar una autoestima saludable es muy importante ser capaces de identificar nuestras emociones, permitírnoslas (dándoles la importancia que requieren) y gestionarlas (como, por ejemplo: expresándolas).

2. Problemas sexuales

Llevar a cabo una relación sexual que no nos apetece nos puede provocar grandes problemas, ya que nosotros podemos fingir e incluso autoengañarnos, pero nuestro cuerpo no. Algunos de esos problemas pueden ser vaginismo en mujeres o eyaculación precoz en hombres. Además, el sexo sin ganas de forma sistemática puede llevarnos a olvidar aquello que verdaderamente nos gusta en las relaciones sexuales.

3. Problemas afectivos

Mantener relaciones sexuales sin ganas de forma sistemática puede llevarnos a trastornos del estado de ánimo como la depresión, así como sensación de poca valía ("yo no me respeto y siento que la otra persona tampoco") y distancia afectiva con respecto a la pareja. Si es nuestra pareja con la que actuamos de esta forma es fácil que asociemos el malestar a la propia relación de pareja o a la persona con la que tenemos esa relación.

En conclusión, si identificas que estás manteniendo relaciones sexuales sin ganas, entonces se recomienda revisar los factores descritos anteriormente para no vivir unas consecuencias intensas que afecten negativamente en tu bienestar. Si lo necesitas, consulta con un profesional.

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