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Hay mucho desconocimiento

¿Sabes qué contiene la sangre menstrual?

Los cambios en nuestros hábitos de vida hacen que la sangre de nuestra regla cada vez tenga más componentes químicos.

Menstruación

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Cada vez se habla más de la necesidad de conocer nuestro ciclo menstrual, de perder el miedo al flujo, y de naturalizar la regla, ya que al fin y al cabo, pocas cosas hay tan naturales como esa.

Pero lo cierto es que hay ciertas cuestiones que nos siguen siendo desconocidas. Algunas tan básicas como saber de qué se compone el flujo menstrual, y entender así porqué puede variar su aspecto o su textura.

La respuesta en realidad no es tan sencilla, y es que como expone José Luis Herraiz, ginecólogo del Hospital Vithas Nisa Rey Don Jaime (Castellón). “En realidad, hay pocos estudios científicos que estudien la composición del flujo menstrual”, algo que pone de relevancia el poco interés que se ha puesto en esta cuestión desde la ciencia.

Sin embargo, algunos sí que existen. “Los pocos publicados coinciden en que sus principales componentes son: agua, células endometriales descamadas y muertas, células madre, lípidos y proteínas”. Si esta es la composición más básica, por así decirlo, también pueden aparecer otros elementos. “También podemos encontrar en menor medida, hormonas como la progesterona o incluso productos químicos como parabenos, muy comúnmente encontrados en los productos cosméticos usados a diario por muchas mujeres”.

De hecho, parece que cada vez aparecen más componentes químicos en el flujo menstrual, según el experto. “Se ha demostrado la presencia de contaminantes orgánicos, principalmente el metilparabeno y la benzofenona. Está ahora pendiente de demostrar la relación existente entre la presencia de estos contaminantes y la existencia de algunas alteraciones del flujo menstrual o incluso la endometriosis”.

Regla
Regla | iStock

La razón de estos cambios parece estar en nuestros hábitos de vida actuales. “Cada vez más, introducimos mayor cantidad de productos químicos, bien sea en la alimentación, cosméticos, medicamentos, etc. Estos contaminantes químicos pueden ser asimilados por nuestro organismo y quedar almacenados en él o eliminarse a través de nuestras secreciones biológicas. Es el caso de la eliminación a través de los flujos menstruales”.

Sobre esta cuestión, Sonia Encinas, sexóloga y coach de mujeres insiste en que “La sangre menstrual es una gran medidora de nuestra salud, y en ella influyen múltiples factores”. Pese a ello la realidad es que la mayoría de mujeres no está apenas familiarizada con su flujo. “El principal motivo de que exista tanto desconocimiento acerca de la sangre menstrual es que es un tabú, y como tal, no interesa. No hay educación sexual específica, como mucho, te dan una charla en el cole en la que te dan muestras de tampones y compresas sin explicarte nada más”.

Es por ello que expertas como Encinas cada vez trabajan más porque las mujeres tengan un mayor conocimiento en cuanto a su menstruación. Otro factor que ha supuesto un cambio es el impacto de nuevos productos de higiene femenina, como la copa menstrual, que suponen que se tenga un contacto más directo con la sangre. “La copa menstrual es la mejor forma de entrar en contacto con nuestras sangre menstrual, porque al recoger el fluido nos permite observar su color, su densidad, su olor... ¡y darnos cuenta por ejemplo de que no huele!”.

El otro gran reclamo para conseguir salir de este desconocimiento es una mayor investigación científica en la salud de la mujer en general, y en la menstruación en particular, ya que al fin y al cabo la información es poder.

Así, Herraiz recuerda que además de la composición del flujo es importante tener claras otras cuestiones. Por ejemplo, expone que “El flujo menstrual tiene una duración aproximada de 3 a 7 días, con un promedio de 5 días y la sangre perdida durante el ciclo oscila de entre 15 a 75 cm3”, datos que no todas las mujeres saben.

De esta forma concluye que, “Cambios de estos valores pueden estar provocados por problemas hormonales, estrés, toma de algunos medicamentos y problemas ginecológicos como la presencia de miomas, pólipos endometriales o endometriosis. Cualquiera de estos factores puede provocar la duración alterada del ciclo, así como la cantidad del flujo menstrual”, por lo que deben ser cuestiones que consultar con el especialista.

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