APRENDER JUGANDO
Juegos recomendados para niños con TDAH: estimulan su atención, memoria y autocontrol
¿Sabías que jugar puede ser la mejor terapia para niños con TDAH? Estos juegos no solo divierten, sino que también ayudan a mejorar la atención, la memoria y el autocontrol de los peques.

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El TDAH, o trastorno por déficit de atención e hiperactividad, es una condición neurológica que afecta a millones de niños en todo el mundo. Puede manifestarse a través de síntomas como dificultad para concentrarse, hiperactividad constante o impulsividad, lo que muchas veces interfiere en su aprendizaje, en sus relaciones o incluso en su autoestima. Y aunque a veces puede complicar su día a día en el colegio o en casa, lo cierto es que hay muchas maneras de ayudarles a gestionar estos retos.
Una de las más efectivas y también más divertidas es el juego. Jugar no solo es una fuente de entretenimiento, también puede ser una herramienta terapéutica que refuerza habilidades como la concentración, la planificación, la memoria o la autorregulación emocional. Y si encima lo hacen divirtiéndose… ¡mejor que mejor!
La cuenta de Instagram @asolers ha compartido un vídeo donde recomienda varios juegos ideales para trabajar distintas funciones cognitivas mientras los peques se lo pasan en grande.
Estos juguetes pueden ayudar a niños con TDAH
- Simon. Este juego electrónico reproduce secuencias de colores y sonidos que los jugadores deben memorizar y repetir en el orden correcto. Mejora la memoria secuencial, la atención sostenida, la memoria de trabajo y el control inhibitorio. Un juego ideal para estimular la concentración de forma dinámica.
- Jungle Speed. Se reparten cartas entre los jugadores, que van sacándolas una a una. Cuando dos cartas coinciden, hay que ser el primero en atrapar el tótem del centro. Estimula la atención selectiva, la atención sostenida y el control de impulsos. También potencia la agudeza visual, la velocidad de reacción, la percepción y hasta la memoria a corto plazo.
- Robots de Ludum. Un juego de cartas donde los niños deben encontrar combinaciones entre robots según su fondo, su borde o sus formas. Solo una carta será la correcta, y hay que ser el primero en encontrarla. Mejora la atención visual, la percepción espacial y la velocidad de procesamiento.
- UNO. Este juego de cartas es conocido por todos, hay que deshacerse de todas las cartas combinando colores y números, con cartas especiales que cambian el ritmo del juego. Entrena varias funciones ejecutivas como la flexibilidad cognitiva, la planificación, la autorregulación emocional y la organización mental. También favorece la tolerancia a la frustración, la concentración y la rapidez mental.
- Dobble. Cada carta tiene varios dibujos que sean iguales, que pueden ser de cualquier tamaño o estar en cualquier posición, y siempre hay uno que coincide con otra carta. El objetivo es encontrarlo antes que los demás. avorece la atención selectiva, la velocidad de procesamiento, la atención sostenida y la percepción visual. Además, ayuda a mejorar la agilidad mental en sesiones cortas y muy entretenidas.
- Fantasma Blitz. Se colocan cinco objetos sobre la mesa (una silla, un libro, un fantasma, etc.). En cada ronda aparece una carta y el jugador debe decidir, según sus colores y formas, cuál es el objeto correcto... o si no hay ninguno. Estimula la flexibilidad cognitiva, el control inhibitorio y la velocidad de procesamiento. También afina la atención visual y la capacidad de análisis rápido.
- Jenga. Es un juego de habilidad física y estrategia, donde los jugadores retiran bloques de una torre construida con 54 piezas de madera y los colocan en la parte superior, intentando evitar que la torre se derrumbe. Mejora la atención, la concentración, la motricidad fina y la percepción espacial. También fomenta la planificación anticipada y la gestión de la ansiedad.
- Guatafamily. Es un juego de mesa diseñado para familias, donde los jugadores deben responder preguntas y completar retos en un tiempo limitado. Estimula la creatividad, la expresión emocional, la empatía y la comunicación familiar. Además, refuerza el vínculo emocional entre padres e hijos.
Todos estos juegos no solo estimulan habilidades clave, sino que también contribuyen al desarrollo personal, fortalecen la autoestima y promueven el bienestar emocional de los niños. ¿Lo mejor? Son perfectos para compartir momentos únicos en familia.
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