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Depresión postparto, ¿se puede evitar?
Tras nueve meses de embarazo llega una sensación de tristeza y ansiedad que puede traducirse incluso en un trato indiferente hacia el recién nacido. Esto es lo que sienten muchas mujeres diagnosticadas de depresión posparto, pero ¿podemos evitarla?
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Socialmente entendemos que ver por fin la cara de nuestro bebé tiene que ser un momento lleno de felicidad y que los meses siguientes, aunque difíciles, van a estar impregnados de esa sensación por todo lo nuevo que conlleva. Pero la realidad también implica cambios, los nuevos horarios y la convivencia con una nueva persona que depende de nosotras hace que necesitemos un periodo de re-adaptación. Durante esos meses en los que la vida es un cambio continuo pueden aparecer sentimientos encontrados. Frente a la alegría de ser madres surgen las preocupaciones por estar a la altura de la situación y, en ocasiones, estas inquietudes pueden aumentar y agravarse transformándose en una depresión posparto.
¿Qué es la depresión posparto?
La depresión posparto o depresión perinatal, “Es un trastorno muy similar a un cuadro de depresión en otro momento vital. Puede manifestarse durante el embarazo y tras el parto” nos aclara Ana Kovacs, psicóloga especializada en psicología perinatal y directora del centro Ana Kovacs en Las Rozas. Este tipo de depresión “Tiene unos síntomas particulares como las ideas de culpa, sentirse incapaz de cuidar al bebé, miedo a hacerle daño o la indiferencia”.
Los síntomas nos pueden parecer habituales en una mujer que acaba de ser madre y que se enfrenta a una nueva vida, por ello no es necesario que “Exista un cuadro de depresión como tal para acudir a un profesional. Es igual de válida la escala personal que nos pueda indicar que necesitamos ayuda. El malestar, no tratado, de una mamá puede llegar a interferir en el vínculo con su bebé” añade la psicóloga.
Las razones por las que aparece la depresión perinatal no son fáciles de determinar, “Pero sí hay ciertos factores de riesgo que pueden predisponer su aparición como haber tenido episodios depresivos anteriores, antecedentes familiares, factores estresantes, un embarazo no deseado, falta de apoyo de la pareja o en la familia”, puntualiza Kovacs. Aparece “Más agudizada entre el segundo y tercer mes tras el parto” y “puede durar desde semanas, meses o años”. Asimismo, “tiende a cronificarse si no reciben tratamiento”.
Cuando pensamos en el embarazo nos centramos en la mujer gestante y en el bebé, pero no hay que olvidar que, si se está en pareja, esta situación afecta y repercute en todos los aspectos de la vida. Por ello, la depresión posparto no es solo una situación que puedan vivir las personas gestantes, sino que también puede ser vivida por las parejas que las acompañan. “Puede aparecer también durante el embarazo. El miedo o la tristeza se ven reflejados en síntomas como: ira, irritabilidad, agresividad, ansiedad, consumo de sustancias, impulsividad… también indiferencia hacia el bebé” explica la experta. En el caso de las parejas masculinas, “a veces no es fácil detectarla ya que muchos hombres son reacios a pedir ayuda. Aceptar el malestar está asociado a debilidad, en contraposición a la idea masculina de tener que ser el sustento”.
El baby blues o la melancolía del bebé
Tener dudas de si vamos a saber cuidar de una nueva persona, si lo haremos bien, sentir cambios de humor y oscilar entre la felicidad y la tristeza es algo habitual y natural tras el parto. Por esta razón, no debemos confundir la depresión posparto con la denominada “melancolía del bebé” o el baby blues. Los indicadores de que sí es una depresión, según Kovacs, son “Estado de ánimo bajo, incapacidad para interesarse y disfrutar de las cosas, cansancio, trastornos del sueño, alteraciones en el apetito, sentimientos de incapacidad, pensamiento así como actos suicidas o de auto agresión”. Que son diferentes a “ese estadio de tristeza posparto pasajero que aparece tras el tercer día y puede durar hasta 2 semanas con inestabilidad emocional, tristeza, insomnio, llanto, cansancio, irritabilidad y ansiedad”. Esto está más asociado a los cambios hormonales y se resuelve con apoyo familiar.
El apoyo familiar y del círculo de amistades es muy importante para superar esta situación. La psicóloga nos aconseja “mostrarse accesibles para lo que necesiten evitando invadir el espacio familiar nuevo que se está construyendo, sin interferir en las decisiones que la pareja necesita ir tomando en su nueva situación”. Nunca debemos “esconder aquello que nos hace sentir mal por miedo a que nos tachen de madres poco resolutivas, no aptas o malas madres”.
Para prevenir la depresión posparto, Kovacs afirma que “Es útil poder contar con grupos de preparación durante el embarazo, donde se aborden estrategias de afrontamiento a la nueva realidad que vendrá con el nacimiento ya que puede facilitar una adaptación más positiva a la maternidad. Recibir un tratamiento adecuado si se ha detectado ansiedad o síntomas depresivos durante el embarazo puede ayudar, aunque no siempre es posible evitar la aparición de un cuadro depresivo en algún momento de la etapa que rodea el nacimiento”.
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