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Fíjate en la letra pequeña

Alimentación: esto es lo que debes mirar en la etiqueta

Verán, me paso el día diciendo que lean las etiquetas, pero no vale sólo con eso, hay que entenderlas. Desde la industria alimentaria tenemos algunos “trucos” para que vea letras muy grandes en el envase. No les preste atención, lo normal es que no valgan para nada. Sólo sirven para que no se tomen el tiempo suficiente en leer las pequeñas. Y es normal, es un rollo, no se entiende nada… hasta ahora, que se lo cuento.

Mujer comprando

Mujer comprandoiStock

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¿Qué datos importantes hay que mirar en la etiqueta?

- Denominación del producto: está antes de la lista de ingredientes. A lo mejor lo que ustedes creen que es un yogur es en realidad una leche fermentada o unas patatas fritas en realidad son un snacking (no, no tienen que saber lo que es eso, así que busquen denominaciones que sí sepan lo que son).

- Lista de ingredientes: se colocan en orden decreciente en cantidad en el producto. Es decir, si en el envase ven muy grande “sin aceite de palma” y en la lista el primer ingrediente es azúcar… pues se la hemos colado.

- Aditivos: no se preocupe tanto por ellos, todos son seguros en la cantidad que los añadimos. Preocúpese del producto. Fíjese en el tipo de ingredientes que lleva. Dicen por ahí que no llevando más de cinco es que el producto está bien. Personalmente, no me gusta generalizar con esa norma, que unas patatas fritas sólo llevan dos ingredientes y no son nada saludables (¡y sin aditivos!). En cambio, algunas cremas de verduras llevan más de cinco, con aditivos y son perfectas. Las legumbres envasadas tienen aditivos y son una elección magnífica.

- Fecha de caducidad: o fecha de consumo preferente. Son cosas distintas, la fecha de caducidad implica que, una vez cumplida, el producto puede tener carga microbiológica (usted lo detectará fácil, huele mal, sabe mal o tiene mal aspecto). En cambio, la fecha de consumo preferente sólo implica que, una vez expirada, el producto sigue siendo seguro pero su calidad no es tan buena como lo era cuando lo compró. Otro tema es lo que llamamos “vida útil secundaria”, es decir, es tiempo que puede mantener el producto una vez abierto. No lo pone en todos los productos así que lea bien, que cuando lo ponemos es por algo.

Comprando en el supermercado
Comprando en el supermercado | iStock

- Lote: siempre lo ponemos. Confirme que está. Si hay un problema, vamos a necesitarlo.

- Tabla de componentes nutricionales: allí podrá encontrar las kcal (lo que llamamos calorías) y kJ (lo mismo) del producto por cada 100 gramos. Tenga en cuenta que esos 100 gramos no tienen que ser la ración que va a consumir (normalmente no lo es) pero le sirve para comparar dos productos similares.

Como valor de referencia, y sólo de referencia (cada persona es un mundo) se estima que habría que consumir unas 2000 kcal al día.

- En esta tabla indicamos también las grasas (y entre ellas las saturadas), los hidratos de carbono (entre ellos, azúcares), las proteínas, la sal y algún componente que nos parezca interesante añadir (por ejemplo, el calcio en la leche).

- Para mí, la parte más interesante es la del azúcar. No se preocupe tanto de los hidratos de carbono como de la parte del azúcar. Pero no se asuste de primeras, compruebe si en la lista de ingredientes hay azúcar añadido. Por ejemplo, un yogur tiene 4 gramos de azúcar por cada 100 gramos de forma naturalmente presente. Hay que buscar si hay azúcar añadido, ese es con el que hay que tener cuidado.

- Alérgenos: destacamos de alguna forma (negrita o mayúsculas) los alérgenos de declaración obligatoria para que se identifiquen de forma rápida. Eso sí, si no pone que hay un alérgeno es que no lo hay. No hay que elegir únicamente los productos que declaren “SIN GLUTEN” sino leer en la etiqueta si tiene o no “GLUTEN”. Sé que para ustedes es más cómodo… pero no está bien.

En la lista de ingredientes decimos la verdad de la verdad. Ahí no podemos engañar. Con estos trucos tardará más en hacer la compra, pero sabrá lo que está comprando. Otro día les cuento qué hacemos para despistarle y que compre lo que nosotros queremos.

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