La traumática historia de las gemelas de Playboy, Karissa y Kristina Shannon

Durante la primera década de los años 2000, la audiencia estadounidense podía encontrarse en televisión con el reality The Girls Next Door, que retrataba las vidas de Hugh Hefner, fundador de la revista Playboy, y sus novias en la Mansión Playboy. Las tres chicas eran Holly Madison, Kendra Wilkinson y Bridget Marquardt. Estuvieron durante las cinco primeras temporadas hasta que en la sexta y última dejaron a Hefner y se presentaron tres nuevas novias: Crystal Harris (quien finalmente se casó con Hefner) y las gemelas Karissa y Kristina Shannon. Todas ellas se hicieron muy populares y saltaron a la fama gracias a este programa de televisión.

Ahora, quince años después de finalizar el programa, la revista People ha tenido la ocasión de hablar en exclusiva con las jovencísimas gemelas que estuvieron en la Mansión Playboy -por aquel entonces tenían 19 años- para conocer cómo fue esa experiencia y cómo es su vida actualmente.

Los orígenes humildes de las gemelas Shannon

En su primera entrevista en seis años, Karissa y Kristina cuentan que provienen de una familia italiana "pequeña y pobre" que vivía en Michigan. Cuando nacieron, tres meses antes de lo previsto, su padre tenía 19 años y su madre biológica, tan solo 16: "Nos mudamos de Michigan a Florida de bebés y fuimos criadas allí por nuestra abuela, que fue nuestra madre adoptiva".

Relatan que durante toda su vida han tenido que luchar mucho y que han tenido que hacer frente a muchos traumas: "Estamos unidas por el trauma", sentencia Karissa.

A los 16 años empezaron a trabajar en una cadena de restaurantes y empezaron a hacer de modelos para la marca. Varias fotos que se hicieron se enviaron a Playboy y recuerdan que "al día siguiente" recibieron una llamada para hacer una sesión de prueba en Miami. Allí, les dijeron "Hef se moría de ganas de ver las fotos" y que estaban seleccionadas para el programa: "Sabíamos que nos cambiaría la vida", afirman.

No todo es lo que parece

Al empezar a rodar el programa vieron que "lo que muestran en la televisión y en el programa era 100 por cien diferente de lo que pasaba detrás de escena" y fue "un gran choque cultural para nosotras".

Pronto, las otras chicas empezaron a estar celosas de ellas porque Hefner prestaba más atención a las gemelas. "Hubo muchísimo acoso y resultó ser muy traumático para nosotras", pero explican que, a pesar de todo esto, "también hubo muchos momentos culminantes".

Estando en esa casa, uno de los momentos críticos fue "cuando nos arrebató la religión, nuestra fe en Jesús se convirtió en un gran problema, y perderla fue un trauma muy grande. No teníamos una familia que nos apoyara, como muchas de las chicas".

Recuperar la fe

Cuando el reality acabó, pasaron por una época muy complicada que las llevó a consumir alcohol y pastillas, a tener "pensamientos suicidas" y les diagnosticaron "depresión maníaca, TDAH, trastorno bipolar y trastorno de ansiedad generalizada".

Con 24 años se mudaron de nuevo a Michigan para empezar de nuevo y a recuperar por un tiempo la privacidad. Se refugiaron de nuevo en la religión y eso les salvó la vida. Cuentan que le rezaban a Jesús "constantemente" y que a partir de entonces "fue cuando realmente maduramos".

En la actualidad, dicen que siguen siendo las "gemelas juguetonas" de Playboy, "pero ahora nos preocupamos por otras cosas". Se interesan por la comida y los productos orgánicos, la meditación, cocinar y a dedicar más tiempo para ellas. Su próximo proyecto es obtener las licencias inmobiliarias y ser madres: "Tenemos muchas ganas de quedar embarazadas juntas y tener familias numerosas". "Queremos tener gemelos. Ambos queremos tener gemelos", añade Karissa.

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