UN MOMENTO MUY DIFÍCIL

Ana Peleteiro cuenta cómo se enteró de la pérdida del bebé que esperaba y cómo ha afrontado el duelo

Dos semanas después de sufrir un aborto, Ana Peleteiro ha querido contar su historia, su proceso y su duelo para ayudar a otras mujeres que estén pasando o hayan pasado por lo mismo y romper este tabú.

Ana Peleteiro en un evento

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"Hoy os voy a abrir mi corazón", así ha empezado Ana Peleteiro a relatar su historia, su proceso de duelo al perder al bebé que esperaba junto a Benjamin Campaoré en la semana 9+4 de gestación.

Lo ha hecho con un vídeo muy personal en sus redes sociales, dos semanas después de conocer que el bebé no tenía latido. Y con una finalidad: darle voz a un tema que sigue siendo tabú en la sociedad, el aborto diferido, para ayudar a otras mujeres que hayan, estén o puedan estar en un futuro pasando por lo mismo.

Como ha relatado, se enteraron de que el feto no tenía latido antes de la primera ecografía que hacen en el centro de salud en la semana 12: "Me parece que es muy tarde, porque desde la semana 1 de gestación hasta la 12, un 33,3% de las mujeres pierden a sus bebés".

Aunque "no tenía ningún síntoma aparente", tras este varapalo, echó la vista atrás y se dio cuenta de que su cuerpo ya le había dado señales de que algo no estaba bien.

"Empezó la eco, el bebé lucía súper bien, pero cuando fue a buscar el latido, ahí fue cuando no lo encontró. Me quedé como en shock, yo dije: voy a salir de aquí, esto no ha pasado y yo voy a llegar a mi casa y el corazón de mi hijo va a volver a latir", ha confesado.

Como le explicó su ginecóloga, estos abortos se producen "la gran mayoría de las veces porque el feto viene con algún tipo de anomalía genética y el cuerpo humano para el crecimiento de ese bebé". Por eso, está agradecida de que pasara así.

A pesar de ver ahora esta etapa y duelo con perspectiva, recuerda la vuelta a casa como uno de los momentos más tristes que ha vivido hasta la fecha. Fue entonces cuando fueron a casa de sus padres y les contaron lo que había sucedido.

"Mis padres se quedaron con Lua y nos fuimos Benjamin y yo a vivir lo que iba a ser uno de los días más dolorosos de nuestras vidas hasta el momento. Lo asumimos con mucha entereza y de la mano. Ahí empezó el calvario y lo que nadie te dice de lo que es un aborto diferido", se ha sincerado, recordando cómo estuvieron juntos en todo momento.

Algunos de los síntomas que sufrió fueron el sangrado "acompañado de unas contracciones muy dolorosas, fiebre, cambios de temperatura y bastantes náuseas". A las 10 de la noche expulsó la placenta, pero entonces no sabía que aún quedaba lo peor.

A la mañana siguiente continuó con contracciones "muy dolorosas" y a las 12 del medio día expulsó el feto: "No solo por el dolor físico que tienes, sino por el psicológico. Estás viendo que estás dando a luz a un bebé que todavía no está formado y que es tu hijo".

Pudo cerrar el ciclo y vivir su duelo en ese momento: "Hablé mucho con mi bebé y pudimos enterrarlo y cerrar ese ciclo que me ayudó muchísimo". A los 7 días terminó el sangrado: "Todo salió bien y a día de hoy estoy 100% limpia y recuperada".

Como ha contado, ha podido y está pudiendo sobrellevar este duelo con las claves que consiguió al perder a su abuela: "Tengo un mantra: todo pasa por algo". Y es que, aunque ha sido lo más doloroso que ha vivido hasta la fecha, le ayuda pensar que ha pasado porque así tenía que ser. "Mi hijo no venía sano y pasó lo que tenía que pasar", esa su lección.

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