DE RUTA FOODIE POR LA ISLA PORTUGUESA
Todo esto puedes comer en Madeira
Madeira, el jardín del Atlántico, el lugar donde disfrutar de unos paisajes espectaculares, de una naturaleza exuberante y de una gastronomía sensacional. Todo esto pinta muy bien, pero… ¿qué comer en Madeira? Te damos varias claves para que tu paladar regrese a casa de este destino tan feliz como tus ojos (¡qué paisajes tan espectaculares!) y tu espíritu.
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Madeira, el jardín del Atlántico, la isla vertical, el lugar donde disfrutar de unos paisajes espectaculares, de unos bosques increíbles de laurisilva (una especie declarada patrimonio de la Humanidad), de una naturaleza exuberante y de una gastronomía sensacional. Todo ello complementado con visitas a uno de los teleféricos más aclamados de Europa y al museo de Cristiano Ronaldo, excursiones por las montañas siguiendo el curso de las levadas o por el mar en busca de cetáceos, recorridos por las montañas más altas y preciosas a bordo de un 4x4 de Mountain Madeira Expeditions y descensos en cestos por las vertiginosas calles de Funchal, la capital. Todo esto pinta muy bien, pero… ¿qué comer en Madeira? Te damos varias claves para que tu paladar regrese a casa de este destino tan feliz como tus ojos (¡qué paisajes tan espectaculares!) y tu espíritu.
Visitar el Mercado Dos Lavradores
En Funchal. Ahí puedes darte cuenta de lo tropical que es esta isla a pesar de pertenecer a Portugal y estar un poco por encima de las islas Canarias. Los agricultores venden plátanos, bananas, aguacates, maracuyá, mango… Mucho color y mucho sabor.
Probar la espetada
El plato más típico de la isla: es un pincho de carne o pescado a la plancha que se sirve colgando de un soporte, de donde el comensal retira las piezas que para ponérselas en el plato y zampárselas. Normalmente se acompaña de una guarnición, como patatas al horno. Puedes probarla en cualquier restaurante pero te recomendamos que sea en alguno de los del centro de Funchal, la capital, en un entorno de aires coloniales, bonitas iglesias y vegetación tropical. A Muralha se convierte en una buena opción porque es céntrico (junto al puerto de Funchal y cerca de la parada del teleférico); allí hacen una con atún, salmón y gamba.
Disfrutar de un ágape con unas vistas inolvidables
Puedes hacer una excursión a Santana, un pueblo de postal con casitas típicas de Madeira y un parque temático que representa las diferentes áreas de la isla, y acercarte antes o después al cercano hotel-restaurante Quinta do Furão, donde fliparás con las vistas sobre los frondosos acantilados comiendo platos tradicionales de la cocina local y portuguesa y bebiendo sus vinos, pues tienen viñedo propio (también huerto).
Desayunar mirando el océano
Funchal cuenta con muchos hoteles donde alojarte, pero pocos tienen las vistas de Baía Azul, un cuatro estrellas con buena relación calidad-precio cuyo comedor acristalado y panorámico sobre el Atlántico quita el hipo. Allí desayunas y coges fuerzas para toda la jornada solo con el espectáculo que desborda tus ojos.
Comer buena carne en un chalet
Chalet Vicente tiene fama en la isla por sus buenas carnes. Y esta casa señorial en el mismo Funchal, aunque algo alejado del centro histórico, cumple con las expectativas de quien cruza la puerta y se sienta en el salón, el porche o el jardín. No hay que desdeñar tampoco su arroz de pescado, de lo mejorcito de Madeira.
Matar el hambre en Marina Funchal
El puerto de la capital de Madeira tiene varios restaurantes. Dos de ellos son O Solar da Santola, donde elaboran cocina marinera de toda la vida (buena su sopa de pescado), y Beerhouse, un sencillo establecimiento donde sirven cerveza artesana y platos de pescado.
Cenar rodeado de buen diseño
En el Nini Design Center, que alberga una colección de mobiliario orgánico futurista epatante y un restaurante con unas vistas sobre Funchal aún más inolvidables. Es lo que tiene estar ubicado en una fortaleza marítima de 70 metros de altura. Tanta delicadeza en los muebles como en los platos, todos ellos con un sello contemporáneo, bien ejecutados y de sabores tan potentes como equilibrados.
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