PEQUEÑOS BOCADOS

Rollitos de calabacín tipo sushi

En otoño, una de los productos más versátiles de temporada es el calabacín. En este artículo te presentamos una receta superfácil, saludable y rápida, para que conozcas una manera más de cocinar esta hortaliza y huyas de la típica crema. Se trata de rollitos de calabacín tipo sushi.

Rollitos de calabacín

Rollitos de calabacínGtres

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Está claro que si eres un amante del sushi sabes apreciar la calidad de un arroz bien cocinado. Si has intentado hacer en casa este plato típico de la cocina japonesa quizá estemos de acuerdo en que donde radica la mayor dificultad de la receta es en preparar un buen arroz.

Si a ti también te supone un problema, ¡sácalo de la ecuación! En este artículo de NovaMás te proponemos sustituir el arroz que envuelve los pequeños bocados del sushi por calabacín. No es lo mismo, es cierto, pero el resultado está buenísimo, es fácil, rápido y saludable, así que, ¿te animas a probarlo?

Receta de rollitos de calabacín tipo sushi

Ingredientes:

  • 1 calabacín
  • 2 huevos
  • 1 tarrina de queso crema
  • 1 lata de bonito en aceite de oliva
  • 1 aguacate
  • 6 tomates cherry
  • 1 ramita de cilantro
  • 1 cucharada de eneldo

Modo de elaboración:

1. Lavamos el calabacín y lo cortamos en rodajas. Preparamos una fuente con papel de horno y distribuimos el calabacín a lo largo de toda la bandeja para meterla en el horno durante 10 minutos a 180º C.

2. Transcurrido ese tiempo batimos bien dos huevos, los vertemos sobre el calabacín e introducimos de nuevo la bandeja en el horno durante 10 minutos más hasta que cuaje el huevo.

3. Extraemos la bandeja del horno, dejamos enfriar, sacamos el papel y su contenido con cuidado y le damos la vuelta.

4. Ahora solo falta colocar el relleno. Untamos una buena capa de queso crema sobre toda la superficie. Pelamos el aguacate y lo colocamos en láminas. Acto seguido, incorporamos el bonito, los tomates cherry troceados y las hierbas aromáticas.

5. Cerramos el rollito cuidadosamente y solo quedará coronar con más hierbas aromáticas si lo deseas y cortarlo en pequeños bocados. ¡Listo para degustar!

El calabacín: producto de temporada

No hay verdura ni hortaliza más famosa durante el mes de noviembre que cualquier fruto de la familia de las cucurbitáceas, esto es, la calabaza, el calabacín y el bubango. Más allá del éxito que tienen las calabazas en Halloween, las tres hortalizas son alimentos de temporada y muy versátiles, por lo que son una muy buena opción para ser los protagonistas de cremas, purés, tortillas, pudin, rebozados, quiches y rellenos -para pescados y carnes-.

Son hortalizas con muchas propiedades nutricionales -poseen fósforo, potasio, magnesio y calcio, entre otros muchos minerales, además de vitaminas A, C y Bg- y muy pocas calorías -el 95% del calabacín es agua, por lo que aporta 15 calorías por cada 100 gramos-.

Sus propiedades son fantásticas para ayudar a controlar el peso, reducir el colesterol y la presión arterial y mejorar la salud cardiovascular.

Diferencia entre el calabacín y el bubango

El calabacín es el fruto de la planta del calabacín. Su forma es generalmente cilíndrica -aunque se pueden encontrar algunos ejemplares más redondeados- y generalmente alcanza los 20 centímetros de longitud, pero siempre hay excepciones más grandes. Puede presentar diferentes colores: desde el verde claro hasta el verde oscuro, existiendo algunos de color amarillo. Tiene una piel fina y pepitas suaves en su interior.

El bubango es el fruto de la planta bubanguera y lo más curioso es que es un cruce entre el calabacín y la calabaza, una variedad muy apreciada que alcanza precios más altos en el mercado y que, además, es un producto autóctono de las Islas Canarias.

Se diferencia del calabacín por su forma y su tamaño -mucho más parejo a la calabaza-, pero sobre todo por su sabor mucho más intenso y una pulpa mucho más carnosa y consistente a la hora de ser cocinada.

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