SALUD INTESTINAL

¿Por qué las castañas dan gases?

La difícil digestión de las castañas provoca un proceso de fermentación en el intestino grueso que es el origen de las flatulencias.

Castañas crudas

Castañas crudasUnsplash

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¿Alguna vez te has atiborrado de castañas y tu intestino lo ha lamentado? Las castañas son un fruto seco de temporada que nos encanta, además de ser nutritivo y saludable. Pero tienen un inconveniente, y es que son muy flatulentas.

Así que, aunque podríamos estar comiendo castañas compulsivamente, debemoscontenernos. De no ser así, puede que en unas cuantas horas lo lamentemos… Y también los que están a nuestro alrededor. Entonces, la cuestión es: ¿Cuántas castañas podemos comer sin que nos lleguen a producir flatulencias? ¿Por qué este fruto seco provoca tantos gases? Lo resolvemos a continuación.

Flatulentas como las legumbres

Al igual que las legumbres, como los garbanzos, frijoles o las lentejas, las castañas son flatulentas. Esto es así porque su fruto contiene rafinosa y estaquiosa, unos oligosacáridos que están relacionados estructuralmente con la sacarosa.

Nuestro organismo suele encontrar complicaciones en el momento de metabolizar los carbohidratos, tanto en su paso por el intestino delgado, como cuando se encuentran en nuestro estómago. Su destino final es el intestino grueso. Allí se produce una fermentación que tiene como resultado unos gases (anhídrido carbónico, el hidrógeno, el metano, entre otros), que son expulsados de nuestro organismo en forma de flatulencias.

Entonces, ¿cuántas castañas es conveniente comer?

Como con todo, la tolerancia y la digestión de las castañas dependerá de cada persona, pero a grosso modo la cantidad de consumo recomendada es, aproximadamente, la misma que de frutos secos. Es decir, un puñado de unos 30 gramos. Asimismo, la cantidad de consumo también depende del nivel de actividad física de cada uno.

¿Se pueden prevenir las flatulencias?

Por desgracia, si comemos muchas castañas no podremos evitar tener gases, tanto si las comemos asadas, como si son cocidas. Sin embargo, masticar las castañas muy bien antes de ingerirlas facilita la digestión de las mismas y reduce las posibles flatulencias.

Por otro lado, el hecho de masticarlas concienzudamente también es beneficioso para que el almidón de las castañas pueda liberar bien los azúcares. Es decir, como son ricas en almidón y, por lo tanto, tiene una estructura muy harinosa, conviene masticarla bien. De este modo, los azúcares se liberan lentamente y las papilas gustativas pueden llegar a percibir bien su sabor dulzón y agradable.

De todas formas, las personas que tienen afecciones, como disfunción recto-esfinteriana o que tienen gases con frecuencia, deberían evitar comer castañas en abundancia, o bien, eliminarlas de su alimentación.

Buenas contra el estreñimiento

Sin embargo, a pesar de las complicaciones por la producción de flatulencias, las castañas tienen un gran poder laxante y, por lo tanto, pueden llegar a ser beneficiosas para nuestra salud intestinal. Su efecto contra el estreñimiento se debe al alto contenido en fibra insoluble y taninos, así como a su bajo índice de grasa.

La fibra insoluble aumenta el volumen de las heces y esto favorece a que los músculos intestinales muevan las heces por el colon. No obstante, para que la fibra de las castañas tenga beneficios en nuestro organismo es necesario beber mucha agua.

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