La increíble historia de la 'fruta milagro', la baya que convierte en dulce lo amargo

La primera vez que me hablaron de la 'fruta milagro' pensé que se trababa de una droga por lo menos. Un amigo mío me contó que en Nueva York sus colegas de universidad hicieron una fiesta en un ático. En un momento dado, uno de los estudiantes, originario de África, sacó unas bayas de un color rojo reluciente y de unos dos centímetros e invitó a los asistentes a tomarlas para probar "sus curiosos efectos". Mi amigo accedió y siguió al dedillo las instrucciones que le dió su compañero, convertido en chamán improvisado: "Métete una en la boca, muérdela para sacar la semilla y que se mezcle con la pulpa. Mantenla unos segundos y luego trágatela". A continuación le dieron a probar tabasco o limón. "Era como si estuviera tomando azúcar líquido. No sentía ni el sabor picante ni el ácido del limón". El efecto duró unos 45 minutos hasta que, como vino, se fue.

Se trataba de una pequeña baya llamada 'Synsepalum dulcificum' que crece en climas tropicales, especialmente en países de África Occidental como Camerún o Gabón. Lo que obra ese pequeño milagro de enmascarar los sabores ácidos es una pequeña glicoproteína llamada miraculina, que activa los sabores dulces engañando a nuestras papilas gustativas. Eso sí, se trata de una proteína muy poco estable y sus propiedades se pierden en cuanto se refrigera, se congela o se trata en exceso, lo que hace que numerosas iniciativas de convertirla en un edulcorante artificial no hayan prosperado.

Numerosos chefs se han interesado por la baya, por su capacidad para engañar al paladar humano y poder jugar en la cocina, pero también por su posible uso como sustitutivo del azúcar refinado, tan denostado en la actualidad. En países como Estados Unidos, en los que se ingieren enormes cantidades de azúcar y en los que prácticamente se puede hablar de epidemia de obesidad, la 'fruta milagro' podría ser la solución al sobrepeso excesivo de la población, ya que permite mantener o potenciar los sabores dulces. También se indica para pacientes de cáncer en tratamiento por quimioterapia por su capacidad de corregir las alteraciones en el paladar de los enfermos tratados.

Muchos os preguntaréis, ¿dónde puedo conseguirla? Lo cierto es que esta baya puede comprarse a través de sitios como Amazon con la finalidad de cultivarla en casa. Eso sí, en la web del gigante norteamericano del comercio electrónico los usuarios avisan de que es fácil plantarla, pero que es complicado conseguir que crezca. Al fin y al cabo, se trata de una planta tropical así que quizá nuestros pisos en grandes ciudades no sean el entorno más adecuado para que puedan desarrollarse... Para más información, hay una web (www.synsepalumdulcificum.net), que responde a todas nuestras dudas.