A PARTIR DE AHORA HAZLAS ASÍ
Este es el secreto de los restaurantes para conseguir patatas doradas sin freír
Los restaurantes a veces revelan sus trucos para mejorar las recetas tradicionales y una de las más conocidas ya está aquí: si quieres patatas crujientes, utiliza rejilla de horno.

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A veces en casa intentamos imitar las recetas de nuestros restaurantes favoritos y... muy pocas veces quedan igual. Aunque freír unas patatas parece lo más fácil del mundo, lograr ese punto donde el sabor, el color y la textura sean perfectas es lo realmente difícil. Pero no tienes que pensar de más, ni echar más aceite ni subir el fuego si quiera. Bastará con una rejilla de horno.
Si retrocedes unos siglos atrás, concretamente al S. XVII, podrás observar que en Bélgica había largas rachas de inviernos fríos que provocaban que los ríos se congelasen y por lo tanto, el pueblo tuviese que buscar una alternativa al pescado que fuese fácil de preparar y consistente para soportar el frío. De tal manera que comenzaron a freír tiras de patatas como sustituto del pescado frito. Fue tan buena la idea que enseguida se convirtió en un alimento popular que acompañaría a cualquier receta.

Hoy en día, cada vez son más las personas optan por hacer las patatas en el horno para evitar el exceso de grasa de la fritura y hacer de este alimento algo más saludable. Sin embargo, el resultado suele ser decepcionante porque al colocarlas directamente sobre la bandeja, el vapor que sueltan se queda ahí atrapado, lo que hace que las patatas queden blandas y húmedas en lugar de doradas y crujientes como quedarían si se friesen en aceite.
Pero, la solución ya es un secreto a voces que va llegando poco a poco a los hogares. La rejilla de horno es el instrumento de cocina principal para las patatas, porque permite que el aire caliente circule tanto por arriba como por abajo, eliminando el vapor y dejando el color dorado perfecto y una textura crujiente.
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