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SI TE QUEJAS DE QUE COMES MAL PORQUE NO TIENES TIEMPO ES PORQUE QUIERES

Diez cosas que deberías hacer con tu congelador, ¡sácale partido!

A menudo comes precocinados lamentables, comes fuera o acabas tirando de bocatas porque no sabes relacionarte de forma efectiva con tu congelador. Comer mal se habrá acabado, si sacas partido a un electrodoméstico que tendrá siempre a punto comida rica y saludable. Sólo tienes que aprender a gestionarlo.

-congelador

Sácale partido y comerás mejor. Cocinatis

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1- Si no comes pescado es porque no quieres. Sabemos que lo ideal es comprar el pescado fresco y a poder ser recién pescado a un pescador en plena playa, pero la realidad es la que es y más vale congelar el pescado e irlo sacando cuando lo necesitemos que eso que hacéis muchos: no comer pescado jamás. Digamos adiós a las barritas y a los congelados del súper, dejemos de creer que una lata de atún cada tres semanas es comer pescado, compremos buen pescado en la pescadería y congelémoslo en porciones. No hay nada mejor para cenar, pues es ligero y nutritivo, que un buen pescado, que podemos sacar por la mañana, descongelar en la nevera, y que tendremos listo para cocinar a la plancha. Unas verduritas al grill y ya tendremos la cena perfecta. Todo es cuestión de acostumbrarse.

2- Croquetas a tutiplén. Dedicar una tarde a hacer croquetas y congelarlas va a salvarte muchas cenas, además de ser un aperitivo estupendo. Si tenemos unas croquetas en el congelador, no vamos a tener que preocuparnos de los aperitivos si tenemos gente a comer: las acompañamos de una ensalada, un buen jamoncito y algún otro entrante y sólo tendremos que dedicarnos a los platos principales. Hay quien congela sólo la masa, quien las congela sin rebozar o quien optar por congelarlas ya rebozadas, listas para freír. Aunque pueden freírse congeladas, nuestro consejo es sacarlas antes y dejar que se descongelen a temperatura ambiente.

3- Cubitos de hielo de sabores. Podemos hacerlos de lo que nos dé la gana: de limón para las limonadas, de café para el café con hielo y de frutas para nuestros zumos o smoothies. Los fans del gin-tonic podrán hacerse también cubitos personalizados, ya que si no les queda el ingredientedeseado para su cóctel, siempre quedará el hielo para darle sabor. Hacer cubitos de té también es una excelente idea, especialmente en esta época en que apetece tanto un té con hielo.

4- El pan nuestro de cada día. El que come pan malo o no come pan es porque le da la gana. Pan de molde industrial, tostadas con textura de suela de zapato, baguettes ultracongeladas y demás especímenes malos del universo del pan pueden pasar a mejor vida si nos acostumbramos a comprar pan bueno una vez a la semana (o cuando podamos) y a congelarlo en porciones. Si tenemos panificadora o nos gusta hornear, una buena opción es hacer el pan en casa con ingredientes de calidad y congelarlo, así tendremos a diario pan excelente. Si nos gusta desayunar pan fresco, sólo tendremos que sacarlo por la noche, y si somos de los que comemos un bocata a media mañana siempre podemos congelar dos rebanadas, sacarlas ese mismo día del congelador y a media mañana ya tendremos listo nuestro sandwich descongelado, fresco y delicioso.

5- Sofritos en cubitos. Otra idea para mejorar nuestras vidas y ganar tiempo en la cocina es hacer un buen sofrito con los ingredientes que nos gustan y congelar en porciones, en una cubitera. En verano, cuando encontramos tomates excelentes, es una gran idea preparar un gran sofrito, dejar enfriar a temperatura ambiente y, una vez frío, introducir en una cubitera. Aguantará unos cuantos meses y podremos ir sacando porciones a medida que lo vayamos necesitando para nuestros guisos.

6- A la rica boloñesa. Cuando decimos boloñesa nos referimos, en realidad, a casi cualquier salsa que nos guste para la pasta. Nos va a solucionar mucho la vida cuando lleguemos a casa exhaustos, una noche, y no sepamos qué cocinarnos. O en verano, tras la playa, cuando estemos dudando entre el pollo a l'ast de rigor o sacar un pequeño táper de boloñesa del congelador, descongelar en el microondas mientras hierve la pasta y tener listo en pocos segundos un señor platazo de pasta. Es importante congelar siempre lo que nos vayamos a comer, por eso conviene tener en casa recipientes pequeños, de varios tamaños, que se adapten a nuestras necesidades.

7- Lasaña y canelones, el congelador os quiere. Y no sólo es que les quiera, es que van a ser nuestros aliados en muchas ocasiones. Porque si tenemos en casa un montón de verduras diferentes con las que no sabemos qué hacer, o hemos encontrado unas espinacas fantásticas a un precio estupendo y nos las hemos llevado a casa sin pensar qué hacer con ellas, una idea genial es preparar una lasaña y, antes de hornear, congelar. También podemos hacer unos canelones, si estamos con ganas de ponernos a enrollar, pero la lasaña suele ser un cajón desastre perfecto para poner prácticamente cualquier ingrediente. ¿Que un viernes tenemos una cena en casa con siete personas? Sacamos la lasaña por la mañana, preparamos una ensalada y no tendremos que calentarnos la cabeza.

8- Verdura siempre. Acelgas, espinacas y judías verdes pueden congelarse sin problemas siempre que se hayan pasado por agua hirviendo unos segundos. Los amantes de la cultura bio amarán este truco, ya que pueden adquirir sus verduras y hortalizas biológicas y tenerlas siempre disponibles en su congelador, de manera que no tendrán que cruzarse la ciudad en busca de la tienda orgánica de turno.

9- Helados y polos. Cada vez son más las personas que se preparan helados y polos en casa, pues al fin sólo necesitan frutas frescas y leche o yogur, aunque también pueden hacerse con agua. De hecho, Lékue acaba de lanzar nuevos utensilios pensados para hacer helados caseros, entre ellos unos moldes que reproducen los helados más icónicos, desde el Colajet al Mikolapiz, pasando por el archifamoso FrigoPie. ¿Para qué comprarlos si podemos ir a buscarlos directamente a nuestro congelador?

10- Lo que no hacer. El congelador está decidido a ser tu amigo, siempre que haya ciertas cosas que directamente no le hagas: no lo utilices como despensa, no dejes alimentos durante lustros –es importante ir consumiendo a medida que vas congelando–, mantén siempre una higiene correcta y no congeles en proporciones estratosféricas.

 

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