Los primeros días no todo vale
¿Te acabas de poner un piercing en la lengua? Esto es lo que sí puedes y no puedes comer
La lengua está en tu boca y, desde hace poco, también un elemento nuevo. Para que se lleven bien, sigue estos consejos.
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A veces, un pequeño e insignificante trozo de metal puede suponer un gran impacto en nuestra vida. Es el caso de un piercing. Hoy vamos a hablar de qué ocurre cuando se pone en un lugar tan sensible como la lengua. Un cuerpo extraño aparece, como por arte de magia, allí donde no había nada y cambia, quizá para siempre, nuestra sensación al lamer un helado o comer un torrezno. Pero a todo se acostumbra uno. Lo más peliagudo son esas primeras semanas en las que toca modificar nuestros hábitos para que nuestra relación con el piercing se vaya asentando. Os contamos cómo NO se pude comer y cómo SÍ.
No a...
Las bebidas y alimentos muy calientes. Hay que pensar en que la entrada del piercing en nuestra lengua hace que haya una herida que tiene que cicatrizar. La zona suele estar sensible y, por tanto, las temperaturas muy calientes pueden irritarla.
Los alimentos picantes. Aunque seas muy aficionado a la cocina mexicana, llega el momento de hacer un pequeño 'break' en tu relación con jalapeños y chiles habaneros. Tienes que pensar que la capsaicina puede hacer que veas las estrellas, así que mejor dejarla de lado.
Los alimentos ácidos. ¿No entiendes por qué el zumo de naranja o el tomate de la tostada del desayuno te hacen ver las estrellas? Por la misma razón por la que, cuando tenemos una llaga, te hacen pupita mala. El ácido y las heridas en proceso de curación no se llevan bien, no.
Los alimentos pegajosos. En los primeros días, es vital una buena higiene para evitar que se produzcan infecciones. Lo que ocurre con el caramelo o con unos callos es que se adhieren con facilidad a donde pillen y un trocito de metal puede ser superficie susceptible para ello.
Los cubiertos. Deben estar muy limpios pero los de metal tienen un problema añadido: cuando impactan sin querer en la zona del piercing pueden hacer que veamos las estrellas. Una opción es usar de plásticos durante los primeros días. Y desechables, a poder ser para evitar infecciones.
Sí a...
Alimentos blanditos. Lo que comúnmente se conoce como "dieta blanda" y que abarca un amplio espectro, desde el puré de patata a la tortilla francesa, pasando por el pavo lonchado. De esta manera, nos seguramos que nada impacte más de la cuenta en nuesta dolorida boca.
Alimentos fresquitos. Hay pocas excusas mejores para iniciar una alimentación 'forzosa' a base de helados, yogures y demás cosas-que-le-gustan-a-todo-el-mundo. Si nuestra lengua está dolorida, es el momento ideal para darle un respiro gracias a las bajas temperaturas.
Las bebidas energéticas. Electrolitos para compensar una dieta en la que se están perdiendo vitaminas y sales minerales debido a las restricciones. Las bebidas energéticas -las de verdad, no las que llevan azúcar- pueden ser un suplemento alimenticio interesante para esos días iniciales.
Ajustar el piercing antes de comer. Sí, hay gente que se puede tragar el piercing en los primeros días y también, debido a la entrada de alimentos en nuestra boca, se puede ir aflojando sin que nos demos cuenta. Ajustarlo antes de empezar a comer -con las manos bien lavadas, eso sí- es un buen hábito.
Practicar el 'mindful eating'. Comer a la velocidad de la luz trozos demasiado grandes es tener la garantía de que nuestro piercing va a acabar desplazado, movido o incluso ingerido. Hay que intentar comer porciones pequeñas y despacito. Lo que viene ser practicar el 'mindful eating', vaya.
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