CURAR HERIDAS

Qué hacer si te cortas depilándote: Consejos para curar y prevenir infecciones

Los cortes durante la depilación pueden ser un inconveniente común, pero con las curas adecuadas, la mayoría de las heridas menores sanarán por sí solas sin infectarse. Si no eres un as depilándote, este artículo es tu kit de emergencia.

Depilación con cuchilla

Depilación con cuchillaPexels

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La depilación es un proceso ordinario que llevamos a cabo todas las personas que deseamos eliminar el vello no deseado en diferentes partes del cuerpo. Cuando llega el verano, la cuchilla se vuelve nuestra mejor aliada, pues nos permite repasar la depilación allí donde vayamos y, además, en un abrir y cerrar de ojos y sin dolor.

Sin embargo, en ocasiones, sobre todo cuando intentamos ir rápido, podemos hacernos pequeños cortes o rasguños durante el proceso de quitarnos el vello, lo cual puede resultar incómodo e incluso doloroso. Por eso no está de más tener muy claro qué debemos hacer si nos hacemos una herida depilándonos. En este artículo te contamos los pasos a seguir.

Limpia la zona afectada

Cuando te cortes durante la depilación, lo primero que debes hacer es limpiar cuidadosamente la zona afectada con agua tibia y jabón suave. Esto no te será difícil, pues seguramente te encuentres en la ducha. Lava suavemente la herida para eliminar cualquier residuo de vello, suciedad o bacterias que puedan estar presentes y sécala.

Detén el sangrado

Por más superficial que sea el corte, es posible que no pare de sangrar durante un buen rato. Para detener el sangrado, aplica presión suave sobre la herida con una gasa estéril o un pañuelo limpio. Mantén la presión durante unos minutos hasta que se forme un coágulo.

Aplica un antiséptico

Una vez que el sangrado se haya detenido, es recomendable aplicar un antiséptico suave para prevenir infecciones. Puedes utilizar productos comunes como iodopovidona, alcohol isopropílico o el agua oxigenada. Aplica el antiséptico con una gasa o un hisopo de algodón, asegurándote de cubrir completamente el área afectada y sigue ejerciendo presión, porque puede que al aplicar este producto se deshaga el coágulo y que la herida vuelva a sangrar.

Protege la herida

Después de limpiar y aplicar el antiséptico, es importante proteger la herida para evitar infecciones adicionales. Cubre el área afectada con una gasa estéril sujetándola con esparadrapo o, si quieres algo más discreto, usa una tirita adhesiva. Asegúrate de cambiar la gasa o tirita regularmente y mantener la zona limpia y seca.

Evita la exposición al sol y al agua

Es recomendable evitar la exposición directa al sol y al agua en la zona afectada hasta que la herida se haya curado por completo. La luz solar y el agua pueden retrasar el proceso de cicatrización y aumentar el riesgo de infección. Además, puedes provocar que la hiperpigmentación de la cicatriz, con lo que te quedaría una marca una vez curada la herida.

Si después de tener en cuenta todas estas precauciones la herida no mejora, no deja de sangrar en un tiempo prolongado o muestra signos de infección (como enrojecimiento, hinchazón o pus), lo mejor será que acudas a tu médico para recibir las curas adecuadas. A veces, por más que cuidemos de la herida puede haber complicaciones.

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