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Cuesta 800 euros

¿Por qué hay tantas críticas a la Viagra femenina?

Sale al mercado un nuevo fármaco en la línea de la existente Viagra femenina, que parece tener menos efectos secundarios, pero un precio mucho más elevado.

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Todo el mundo ha escuchado hablar de la mágica pastillita azul, de hecho, la Viagra ha revolucionado muchos dormitorios, suponiendo un antes y un después en la vida de muchas parejas desde hace más de veinte años. Siendo así, y habiendo, obviamente, una industria interesada en continuar con esta línea de negocio, quedaba por preguntarse si era posible crear Viagra para mujeres.

De hecho, hace ya cuatro años que el laboratorio Addyi lanzaba la primera Viagra femenina, no sin poca controversia, pero ésta vuelve a ser noticia porque por primera vez le ha salido competencia.

Se trata de Vyleesi (bremelanotida), y aunque será lanzada al mercado este septiembre por la farmacéutica Amag, su aprobación por la FDA (la agencia del medicamento americana) se produjo el pasado junio. Según daban a conocer los medios, tiene como objetivo mejorar la libido de las mujeres pre menopaúsicas, a través de una inyección sin aguja visible, que debe ser aplicada cuarenta minutos antes del encuentro sexual. Todo ello por el módico precio de 800 euros las 4 inyecciones. Cabe recordar que diez pastillas de la versión genérica de Viagra pueden rondar los 30 euros.

Si bien el precio ya marca una importante brecha de género, lo cierto es que las críticas a la Viagra femenina van mucho más allá. Como apunta Silvia Romero Carrillo, médica general y experta en sexualidad en Sexaturando, “Este tipo de fármacos suele generar polémica en torno a su comercialización, por los posibles intereses generados por la industria farmacéutica y porque trascienden los efectos adversos derivados de su consumo, lo cual genera inseguridad y miedo en las mujeres”.

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Sexo | iStock
Cabe recordar que Addyi (flibanserina), su predecesora, “Es incompatible con la ingesta de alcohol por posibles bajadas de tensión y desmayos y, al igual que el Viagra masculino, interactúa con otros fármacos inhibidores del citocromo CYP3A4. Su ingesta puede provocar mareos, somnolencia, náuseas, fatiga, insomnio o sequedad de boca”.

Sin embargo, la experta matiza que este nuevo fármaco tiene un nuevo y diferente mecanismo de acción, que parece tener menos efectos secundarios. “Vyleesi (bremelanotida) actúa a nivel del Sistema Nervioso Central, en los receptores de melanocortina de la hipófisis, encargados de regular tanto el apetito sexual como el hambre, los niveles de energía o la pigmentación de la piel”.

La doctora añade que “La forma de administración es subcutánea, en lugar de oral y no necesita tomarse de manera continuada”. Además, “Ha demostrado mejoras del 25% en la escala de función sexual y mayor reducción de la angustia sexual femenina que su predecesor Addyi, que sólo logró el 10%”.

Pese a ello, sigue siendo un mecanismo mucho más complejo que la Viagra masculina. “En el caso de la pastilla masculina, esta actúa a nivel del Sistema Nervioso Periférico, produciendo vasodilatación con la consiguiente erección del pene”.

Precisamente, esa es una de las grandes diferencias, que la pastillita azul tiene un mecanismo de acción en comparativa más sencillo, ya que logra la vasodilatación para ayudar a la consecución de una erección. Pero en sí misma, no produce excitación ni deseo, algo mucho más complejo.

“El deseo es la suma de factores psicosociales y fisiológicos de una persona, por lo que, si acude a consulta refiriendo angustia o frustración por un deseo sexual hipoactivo, habría que abordarlo de manera íntegra” y no solo a través de la toma de un medicamento, insiste Silvia Romero.

De esta forma, no se trata de distinguir entre la sexualidad masculina o femenina, sino del hecho de que no es lo mismo conseguir que el organismo reaccione en un momento de excitación, ya sea con una erección o mejorando la lubricación, que conseguir realmente despertar el deseo de una persona a través de una pastilla mágica.

En este sentido, no se trata de demonizar una posible vía farmacológica, sino entenderla como una ayuda, comprendiendo que en el deseo, masculino o femenino, intervienen otros muchos factores, que no deben perderse de vista.

“A mí me gusta mantenerme positiva frente a las nuevas líneas de investigación en torno al placer femenino, porque podrían complementar el abordaje terapéutico del deseo sexual hipoactivo. Debemos ser cautelosos con Vyleesi y mantenernos a la espera de los resultados post-comercialización”, concluye la experta.

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