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SIN EXPOLIO NI EXPLOTACIÓN DE TRABAJADORES
El primer smartphone de comercio justo cuesta 385 euros y funciona con Android
Fairphone es el primer smartphone de comercio justo. Todos sus materiales han sido pagados a un precio justo y los empleados han cobrado un sueldo. El precio del términal es de 385 euros y tiene todas las características que los smartphones modernos. El sistema operativo es Android.
En ocasiones no sabemos nada de los objetos que tenemos entre las manos: ni su lugar de fabricación ni las condiciones laborales de sus productores ni su impacto sobre el medio ambiente.
Otras veces, sí lo conocemos; algunas, incluso, nos repugna lo que descubrimos, pero no hallamos una alternativa más sostenible en el mercado. Eso es lo que les pasó a los fundadores del equipo de Fairphone cuando, tras investigar los conflictos que la extracción de tantalio y estaño genera en el Congo, quisieron encontrar un smartphone que les pareciera justo: no lo había. Así que decidieron fabricarlo.
"Si mucha gente supiera lo que pasa en África con la cadena de suministro del estaño y el tantalio, cómo a través de ellos se financian guerras y conflictos, no estarían interesados en comprar esos smartphones", explica Pablo Vivas, responsable de logística en Fairphone, radicada en Ámsterdam.
Tras varios viajes a Katanga, una zona del Congo donde se extraen estos minerales, el fundador de Fairphone, Bas van Abel creó una web denunciando la situación que generó un gran movimiento de apoyo en las redes sociales. En enero de este año constituyó la empresa y el 14 de mayo arrancó una campaña de crowdfunding que ofrece 20.000 teléfonos.
Generó un gran movimiento en las redes sociales
Ya se han vendido casi 12.600, el 80% de ellos en Alemania, Holanda, Austria y Suiza.Disponible, de momento, en 27 países europeos –entre ellos, España- por 325 euros, Fairphone es un dignísimo smartphone que funciona con Android 4.2. (sus creadores son también fervientes defensores del software libre) y goza de una pantalla Dragonplan de 4,3 pulgadas, dos cámaras y una memoria RAM de 16 GB, entre otras características. Pero no pretende ser, como cuenta Vivas, un smartphone puntero, para aficionados a cambiar de dispositivo cada año.
De hecho, la filosofía Fairphone no solo se centra en el proceso de producción, sino también en los hábitos de consumo, como explica Vivas: "aunque es de gama alta, no está a la última, porque no queremos fomentar que se cambie mucho de teléfono. Queremos que dure en tus manos o en las de otra persona".
Esquivar minerales manchados de sangre
Todos los chips de esos smartphones que no paran de adentrarse en nuestras vidas necesitan estaño, y algo parecido ocurre con el tantalio, que se utiliza para hacer los condensadores que, desde la placa base, almacenan la energía para distribuirla cuando es necesario.
Sin entrar en demasiados detalles, Vivas recomienda películas como Diamantes de sangre (Edward Zwick, 2006) a quienes quieran hacerse una idea de “toda la sangre que se destina a financiar las guerras de los minerales”. Las manufactureras que operan en la zona del Congo, indica, “se dedican a financiar directa o indirectamente esos conflictos”.
La cadena de producción de Fairphone, que se apoya en la organización Conflict-Free Tin (dedicada a la extracción justa de estaño), esquiva a los grandes líderes locales, trabajando en minas del Congo que no estén controladas por ellos. Después, en un proceso vigilado constantemente mediante etiquetas, se trasladan a la República Checa, donde se fabrican los condensadores que serán ensamblados en China, en una planta cuyas condiciones laborales también son controladas.
Un teléfono para quienes no quieran estar siempre cambiando de teléfono
Como ya se ha mencionado, la filosofía Fairphone va más allá de la cadena de montaje. Otra de sus características, por ejemplo, es que se vende, por defecto, sin ningún cargador ni cable extra (aunque están disponibles en su web). Vivas asegura que la mayoría de los usuarios disponen en sus casas de una maraña de cargadores, cables USB y auriculares que han ido acumulando a partir de todos los móviles que se han comprado, y que, con esta medida, se pretende “evitar la producción adicional y fomentar la durabilidad de todas esas piezas”.
Además, todas las piezas que conforman el Fairphone se venden por separado y a precio de coste. La web oficial irá incorporando tutoriales de vídeo en los que explique a los usuarios cómo realizar reparaciones sencillas, en un intento de luchar contra la obsolescencia programada y de ahorrar mano de obra y costes de almacenamiento y transporte (Fairphone se produce bajo demanda; es decir, nunca tiene stock).
Los clientes demandan Fairphone a sus operadoras
En cuanto a los contactos con operadoras, Vivas explica que ya son bastantes las que se han interesado por la idea, “básicamente, porque sus clientes se lo piden”. A día de hoy ya existe un contrato, con la holandesa KPN, que acaba de vender, nos dice, su filial alemana a Telefónica. Lo que no habrá serán acuerdos para vender el móvil por un precio inferior.
Vivas menciona una directiva europea que intenta dificultar la venta de teléfonos subvencionados por las compañías telefónicas e indica que es una forma de no perjudicar a quienes compran el móvil libre, así como de favorecer la libertad de elección del consumidor.
En cuanto al futuro, el responsable de logística reconoce que “Estados Unidos es un país demasiado grande como para no tenerlo en cuenta”, pero que quieren tener un servicio posventa instalado en el país. Adelanta que entra dentro de los planes de la siguiente etapa de Fairphone, en la que también están Australia e India.
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