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Discapacidad

Una voluntaria que asiste sexualmente a un discapacitado: "Si me ocurriera a mí y no me ayudaran, me moriría"

El gran tabú de la asistencia sexual a las personas con discapacidad: reclaman ayuda pero se mira a otro lado. En algunos países está regulado, pero en España no existe ningún tipo de normativa al respecto.

La figura del asistente sexual consiste en acompañar a otra persona con una discapacidad psíquica o física para ayudarle a desarrollarse en el plano sexual.

Es una realidad social, pero quienes la sufren se quejan de que se mira hacia otro lado. La ayuda a las necesidades sexuales de aquellos que padecen algún tipo de discapacidad física o psíquica. En algunos países está regulado, en otros penado como si fuera proxenetismo y en la mayoría ni se tiene en cuenta el derecho sexual de quienes tienen una disfunción.

Es una cuestión controvertida que muchos paises todavía NO han resuelto. Algunos discapacitados -sin autonomía suficiente- reclaman poder disfrutar de relaciones sexuales. Para ellos es un derecho, pero "recibir ayuda" puede entenderse como una forma de prostitución

En este momento, Francia está analizando legalizar la asistencia sexual a discapacitados, que ya se ha consultado al Comité de ética. No es la primera vez, lo hizo el gobierno de Hollande en 2012 y la respuesta fue negativa. Ahora, el ejecutivo de Macron retoma la propuesta.

Hay otros países europeos que ya lo tienen regulado e incluso cuentan con subsidios para este tipo de servicios. Es el caso de Suiza, Holanda y Bélgica.

En España hay un marco de alegalidad, pero sí hay asociaciones y ONGs que median en ese acompañamiento íntimo entre quienes lo necesitan y quienes lo ofrecen.

Una de las voluntarias explica que si ella estuviera en la otra parte, también necesitaría esa ayuda: "Si no, me moriría". Ese sentimiento y una situación personal compleja fueron las razones que movieron a María para ser acompañante íntima.

"Yo vi una persona que estaba muy enferma y le estaba cuidando y me vinieron a la mente las palabras que me dijo anteriormente: yo no quiero una pareja, pero sí que necesito un abrazo y un calor humano", explica María sobre cómo contactó con una organización sin ánimo de lucro que une a acompañantes y acompañados.

Otra de las personas que dedican su tiempo libre a prestar esta ayuda explica que se tapan los ojos o miran por el rabillo del ojo y crítica que "la sociedad les convierte en unos seres asexuados, cuando eso no es cierto porque todo ser humano tiene necesidad de su desarrollo sexo-afectivo".

El debate está entre si es un derecho o una forma de prostitución. Quienes lo defienden argumentan que ni hay un tiempo determinado ni una remuneración porque el estímulo es otro. El sistema consiste en que las dos personas se conocen y una le explica a la otra lo que necesita y luego espera la respuesta de la persona que le va a ayudar de hasta dónde está dispuesta a llegar.

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