Oviedo
Al repartidor de la Casa de los Horrores de Oviedo le extrañaban las compras que hacían: "Yo decía 'joder, tantos pañales'"
El repartidor es la única persona que tenía contacto con el padre de la Casa de los Horrores. En Espejo Público hemos hablado con él.

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El de la Casa de los Horrores de Oviedo es un caso que estremece. En el programa Espejo Público hemos podido hablar en exclusiva con la única persona del exterior que tenía contacto con los padres que vivían encerrados con sus tres hijos.
Este repartidor nos ha explicado al detalle cómo trabajaba cuando tenía que entregar cualquier mercancía en la casa de Oviedo. "Yo entraba con la furgoneta hasta ahí, y él a mi me abría la puerta pequeña, le tenía que dejar la compra detrás de esa puerta grande. Él arriba tenía cerrado y subía la compra y bajaba a por lo demás". Relata que "alguna vez que se lo subía detrás de la cuesta, vio al crío". Es cuando nos muestra su asombro, pues pensaba "joder, tantos pañales, tendrán alguien con discapacidad".
Desorientados, rodeados de basuras, en condiciones insalubres, es el horror en el que vivían los menores, tal y como se puede apreciar en el vídeo que acompaña esa noticia. En las fotos captadas mientras los pequeños abandonan la vivienda, se puede apreciar a los gemelos vestidos idénticos con mascarillas, la única diferencia es su calzado. Y es que, cuando quisieron sacarles del inmueble ni siquiera tenían zapatos de su número, ya que llevaban años sin comprarles calzado.
Además, hay un detalle que se repite entre los menores en todas las fotografías, y es el gesto que hacen sujetándose los pantalones que cubren los pañales. Los menores presentan síntomas de una probable desnutrición, Al hermano mayor de 10 años se le ve con problemas de motricidad y los gemelos de 8 sufren estreñimiento.
Son todas las secuelas que surgen tras vivir un supuesto secuestro. En el interior de la casa gobernaba la suciedad, basura, todo estaba lleno de heces, la policía llegó a encontrar una rata de grandes dimensiones, además de una gran cantidad de fármacos.
En el baño de la casa en la que los tres menores están encerrados, las condiciones higiénico sanitarias son pésimas, todo esta lleno de excrementos. Incluso un gato fue hallado en estado deplorable, con un cojín repleto de mugre, pelo de animal y restos fecales. La mugre está en todas las esquinas, el desorden reina en el aseo, hay ropa, papeles y toallas en el suelo.
En las imágenes se pueden ver dos cunas de bebé sin patas, apoyadas en el suelo. En ellas dormían los gemelos de 8 años, las sábanas están amarillas, los juguetes tirados por todos lados, y tan solo dos ventanas desde las que podían recibir algo de luz natural, solo se podían abrir hasta la mitad y, cada día, a las 17:30 horas, el padre ordenaba cerrarlas.
Entre tanto, están los dibujos en la madera encontrados, en pintura roja, al menos 15 candados dibujos rodeando un monstruo, unas imágenes desgarradoras que podrían mostrar el terror que vivieron. Las pinturas recorren muchos lugares de la vivienda.
Fueron más de 1200 días encerrados en casa. Rodeados de basura y excrementos y ajenos a todo contacto con la realidad, es por lo que cuando consiguieron salir, se volvieron 'locos' cuando, al atravesar las puertas de ese domicilio, vieron un caracol. Uno de ellos tocaba la hierba con las manos, sorprendido. Los tres se pusieron a respirar profundamente como si nunca hubiesen estado al aire libre. Es la reacción de unos niños que han vivido encerrados, sin escuela y sin infancia.
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