La portavoz del Gobierno, Isabel Celaá, ha asegurado que el Ejecutivo "no acepta la gestación subrogada" y ha señalado que esta técnica "nos parece una compra-venta de niños".

Las palabras de la ministra vuelven a poner sobre la mesa las dudas legales y, para algunos, "éticas" sobre los vientres de alquiler. La práctica está permitida en varios países: es legal en zonas de Estados Unidos, aunque también muy caro, por lo que quienes se lo plantean recurren a otros destinos, como Ucrania, Rusia o Grecia.

También está permitido en Reino Unido, aunque se prohíbe cobrar a la madre gestante.

El mapa se completaba hasta hace poco con algunos "paraísos de la maternidad subrogada". Países como Tailandia, México o India, que llegaba a ingresar 400 millones de dólares al año por este negocio. Algunos de estos países ya están regulando la actividad.