Crónica negra

Se cumplen 30 años del crimen de Anabel Segura, un caso que paralizó a España y revolucionó a los medios

Anabel Segura, una joven de 22 años, desapareció mientras practicaba footing en su urbanización de La Moraleja, en Alcobendas (Madrid). Durante dos años, nadie supo si seguía viva o estaba muerta. Esta es la historia.

Anabel Segura

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Se cumplen 30 años de la detención de los secuestradores de Anabel Segura y el hallazgo de su cuerpo. El caso no solo fue una de las tragedias más impactantes de la crónica negra española, sino también uno de los sucesos más mediáticos de la época. Los hechos dejaron una reflexión sobre la forma en que los medios de comunicación, en particular la televisión, cubren los sucesos, además de un debate social sobre la justicia y el cumplimiento de las penas.

¿Cómo ocurrió el secuestro?

La mañana del 12 de abril de 1993, Anabel Segura, una joven de 22 años, desapareció mientras practicaba footing en su urbanización de La Moraleja, en Alcobendas (Madrid). Dos hombres, Emilio Muñoz 'El Facha' y Cándido Ortiz 'El Candi', la abordaron con la intención de secuestrarla para pedir un rescate. El plan, improvisado y torpe, acabó en tragedia horas después. Según confesaron los propios implicados, aterrorizados y sin saber qué hacer, la estrangularon y enterraron su cuerpo en una fábrica abandonada de la localidad toledana de Numancia de la Sagra.

¿Quiénes estuvieron implicados?

Los tres nombres clave del caso fueron:
  • Emilio Muñoz 'El Facha', con antecedentes penales y problemas económicos, fue el principal interlocutor en las negociaciones.
  • Cándido Ortiz "El Candi", cómplice de Emilio Muñoz, colaboró en el secuestro y asesinato de Anabel.
  • Felisa García Campuzano, esposa de Emilio Muñoz, fue encubridora del caso y colaboradora del plan, ya que grabó en una cinta de casete su voz simulando ser Anabel para hacer creer a la familia y a la policía que la joven seguía viva para pedir el rescate.

La negociación de los secuestradores con la familia

A pesar de que Anabel había sido asesinada a las pocas horas de su secuestro, los criminales continuaron con su plan de extorsión, comunicándose con la familia Segura en múltiples ocasiones, llegando a pedir un rescate de 150 millones de pesetas. La negociación se alargó durante meses. El clímax de esta fase fue la difusión de una cinta de casete donde una mujer (Felisa García) se hacía pasar por Anabel, pidiendo a sus padres que pagaran el rescate.

La difusión de esta grabación, con una voz temblorosa y suplicante, dio un nuevo aliento de esperanza a la familia y a la sociedad, que desconocían que la joven ya no estaba viva.

La repercusión mediática

El secuestro de Anabel Segura fue uno de los primeros grandes casos informativos del momento en España. Los medios de comunicación, especialmente las televisiones, se volcaron en su cobertura. Antena 3 tuvo un seguimiento con programas especiales, convirtiéndose en una ventana sobre el caso y generándose un intenso debate sobre los límites del periodismo de sucesos y el papel de los medios en la información sobre crímenes.

El destino de los implicados

La difusión del caso por los medios de comunicación y un análisis forense de la voz de las llamadas de rescate permitió a la policía identificar a los secuestradores y proceder a su detención el 28 de septiembre de 1995. Emilio Muñoz y Cándido Ortiz fueron condenados a 43 años y seis meses de prisión y Felisa García a 2 años y 4 meses por encubrimiento, quedando en libertad tras cumplir su pena.

Por su parte, Cándido Ortiz falleció en 2009 en la cárcel de Ocaña y Emilio Muñoz fue puesto en libertad en 2013, tras cumplir 18 años de prisión, gracias a la derogación de la Doctrina Parot.

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