El lugar donde fue hallado el cuerpo de Asunta Basterra, ha recibido hoy los juguetes y flores de quienes la recuerdan y han querido con este gesto improvisar un pequeño altar en su memoria. Desde que se ha conocido la muerte de la pequeña Asunta los hechos se han precipitado y han ido dando varios giros a esta trágica historia. La autopsia reveló que fue sedada y maniatada antes de ser asfixiada. Sus padres denunciaron su desaparición horas antes de que se hallase el cuerpo en la localidad santiaguesa de Teo. Tras la incineración de la menor, Rosario Porto fue detenida y su exmarido, Alfonso Basterra, vivió la mismas suerte al día siguiente.
Tres cámaras de seguridad del centro de Santiago desmontaron la versión de Rosario sobre la hora a la que desapareció Asunta. En las imágenes captadas desde esta gasolinera se ve a la madre al volante de su coche y de copiloto a su hija cuando supuestamente la menor se encontraba en paradero desconocido.
Además su versión resulta incongruente, está llena de contradicciones, y al declarar ante el juez en los juzgados, la cambia en numerosas ocasiones.
Por otra parte, la Guardia civil confirmó que fue Alfonso Basterra, el padre de Asunta, quien compró en una farmacia los ansiolíticos que tomaba su mujer y que aparecieron en el cuerpo de Asunta.
Durante el registro en la finca se encontró un fragmento de cuerda anaranjado perteneciente a otro hallado junto al cuerpo de Asunta. Las investigaciones continúan. Los cambios en el estado emocional de la madre, las supuestas dificultades económicas que atravesaba la pareja o desde cuándo se planeó el crimen son cabos sueltos, todavía por atar.
El juez encargado del caso podría volver a llamar a declarar a los padres de la niña como "algo esperable a lo largo de la instrucción", después de haber sido enviados a prisión acusados de homicidio, una imputación que podría ser modificada por la de asesinato según los hallazgos que revelen los resultados de toxicología.
