Un vídeo muestra un nuevo caso de brutalidad policial en Estados Unidos

Una familia ha sido la útlima víctima de la brutalidad policial en Estados Unidos, esta vez en el Estado de Ohio. La familia, de origen afroamericano, fue expulsada de una piscina municipal ya que uno de los niños no llevaba bañador.

Ante la negativa de algunos miembros de la familia de abandonar el recinto, la policía utilizó la fuerza, pero según varios testigos de una forma desmedida.

Un testigo grabó la agresión, donde se puede ver como los policías golpean y esposan a dos menores. Una de ellas, de 14 años, sufrió la rotura de la mandíbula y de varias costillas. Otro de los agentes utilizó spray de pimienta para reducir a una mujer que se negaba a abandonar la piscina.

Mientras se suceden los escándalos por casos de brutalidad policial en Estados Unidos, el gobernador de Texas, Greg Abbott, promulgó este jueves una ley para que todos los agentes que disparen sus armas contra personas a partir del 1 de septiembre figuraren en un registro único que gestionará el estado.

En el registro, que controlará la Procuraduría General, también constarán los agentes que reciban disparos en acto de servicio. Abbott eligió como escenario para firmar la ley la ciudad de Dallas, donde el pasado sábado un individuo abrió fuego contra las instalaciones del Departamento de Policía y fue finalmente abatido por el disparo de un agente. Según el texto de la norma, los cuerpos policiales dispondrán de 30 días desde el momento del incidente para mandar a la Procuraduría General un reporte que incluya la edad, el sexo y la raza de la persona que sea objeto de disparos, así como del agente que apriete el gatillo.

En el informe también deberá figurar si la víctima del disparo iba armada, la razón por la que el policía disparó y el número de agentes que había en la escena. Los incidentes en los que no haya muertos o heridos no deberán reportarse.