Mi paseo con los 'zombis' de Trump en las Elecciones de Estados Unidos de 2016

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Elecciones Estados Unidos

Mi paseo con los 'zombis' de Trump en las Elecciones de Estados Unidos de 2016

No era una noticia, era un notición de esos que te pican en la lengua como ‘petazetas’. Y allí estaba yo, frente a la Casa Blanca, en aquella madrugada gélida del 9 de noviembre de 2016 paseando y charlando con ‘zombis’ que no podían creer que otros estadounidenses hubieran dado la llave de la Casa Blanca al rey de los 'reality shows'. 24 horas antes también me había ocurrido algo inesperado, me había encontrado a Pedro Sánchez en otra calle de Washington. El día prometía...

Hay noticias y noticiones. Aquel 9 de noviembre de 2016 la historia me pasó por encima como una apisonadora frente a la Casa Blanca. A mi, y a todo el planeta, que estaba pendiente de aquellas elecciones en Estados Unidos. El Especial de Antena 3 Noticias había reflejado la emoción y la gigantesca sorpresa de la noche. Donald Trump sería presidente, a pesar de las encuestas y a pesar de la seguridad de los analistas. Estados Unidos no era Washington, ni Nueva York. Salí a la calle y me encontré con varios 'zombis', personas que no podían creer lo que estaba sucediendo, paseaban sin rumbo fijo. Una famosa periodista de la NBC, Rachel Maddow, decía a los estadounidenses desencajada: "no habéis muerto y estáis en el infierno, es real". Tan real como que democráticamente la mayoría de los votos electorales habían sido para Trump. Era la decisión de los estadounidenses que dividía en dos al país.

The Good Figth ha reflejado como pocos el trauma que supuso la victoria de Trump para una parte importante de los estadounidenses

The Good Fight ha reflejado el trauma

¿Qué harán los guionistas ‘The Good Figth’ si Trump pierde esta vez las elecciones de Estados Unidos? Hay que reconocer que la serie hace mucho que superó a su precuela (The Good Wife) y en gran parte le debe la inspiración a su "adorado" Donald Trump.

Los guionistas de la serie han reflejado como pocos el trauma que supuso la victoria de Trump para una parte importante de los estadounidenses. El rostro de la actriz Christine Baranski convertida en la abogada Diane Lockhart es ya un símbolo de esa mezcla de incredulidad, malestar, rabia e impotencia.

Hay una escena que resume todos esos sentimientos en unos segundos. Diane está viendo la toma de posesión del presidente Trump y tiene que apagar el televisor porque -físicamente- no lo puede soportar.

Es un ejemplo del shock que supuso el vuelco electoral. Trump no ganó en ninguna ciudad de más de un millón de habitantes. Su victoria tiñó de ‘rojo republicano’ el interior del país y dejó sólo hueco al 'azul demócrata’ en las dos costas. De ahí la sorpresa en las grandes ciudades que se habían mirado al ombligo creyéndose reflejo de un país mucho más complejo.

Los dos Estados Unidos: zombis y resucitados

Ese trauma lo viví en directo hace 4 años en una fría madrugada ante la Casa Blanca. Había llegado a la ciudad el sábado anterior. Desde el primer momento la mayor parte de las personas con las que hablé en cafeterías, taxis, hoteles o en la calle tenían clarísimo que el primer presidente afroamericano de Estados Unidos iba a ceder el testigo a la primera mujer presidenta. Obama por Hillary Clinton.

De todos con los que hablé sólo un matrimonio blanco y de clase acomodada insinuó que había “voto oculto” pro-Trump de sectores que no lo decían claramente pero que creían que -con el millonario al mano- económicamente vivirían mejor.

La Clinton Burger arrasaba frente a la Trump Burger en un restaurante cerca de la Casa Blanca

Una Burger Encuesta con patatas

Saber qué piensa un electorado es mucho más que el mayor deseo de un político, es un negocio, es poder… En 2016, en Estados Unidos, parecía no haber dudas: ninguna de las encuestas de las grandes cadenas daba la victoria a Donald Trump aunque -a medida que se acercaba el día de las elecciones- sí reflejaban que las distancias se iban recortando. Incluso Fox News daba a Clinton un 45% en intención de voto frente a un 43% de Trump. Era abrumador, Washington era una gran ‘porra’ en la que la mayoría apostaba por Clinton a todos los niveles, les gustara o no les gustara la candidata.

Pero si hubo una encuesta que me sorprendió fue la de P.J. Clarke´s, no es una gran empresa demoscópica, es una hamburguesería en el 1600 K Street. Allí esos días podíamos elegir entre dos especiales, la ‘Trump Burger’ y la ‘Clinton Burger’. Había quien jaleaba a los que pedían la de Hillary que aquella noche ganaba casi por cien burgers.

Y de repente... Pedro Sánchez en una calle de Washington

Todos los que formábamos parte del equipo de Antena 3 Noticias desplazado a Washington vivimos aquellos días contagiados por la adrenalina de las elecciones. Había mucho que hacer para que todo saliera perfecto. Los compañeros de producción ya estaban a pleno rendimiento para dar forma a un gran despliegue como aquel.

El set con vistas a la Casa Blanca estaba en la terraza de un hotel. Allí nadie descansaba, era un ir y venir de técnicos, redactores, cámaras, informáticos, realizadores o editores… Y metidos en ese ritmo endiablado, mi compañera Mapi y yo salimos a la calle y nos cruzamos caminando con ¡Pedro Sánchez!. Sólo una semana antes Sánchez había dejado el escaño para no apoyar la investidura de Mariano Rajoy. Y sí, era Pedro Sánchez. En aquella acera charlamos con él y sentenció: “Hillary va a ganar… de mucho”.

La 'agujita' del The New York Times con el recuento de votos se giró de Clinton a Trump sin que nadie pudiera creerlo

Lo imposible, no lo fue

La noche prometía emoción y no defraudó. The New York Times se convirtió en protagonista con su infografía del recuento de votos que permitía ver en tiempo real como una aguja se inclinaba hacia el candidato que llevaba ventaja. Esa agujita fue la primera pista de lo que se avecinaba, un señor ‘plot twist’ que dirían los modernos. Un giro argumental de esos que te dejan pegado a la pantalla. Cuatro años después vuelven las agujas: el diario recurre de nuevo a su "Needle Update".

Estábamos en directo y en el set Vicente Vallés repartía juego entre entrevistados demócratas y proTrump, políticos, analistas o expertos en demoscopia. Sólo los entusiastas de Trump mantenían la esperanza de la victoria republicana.

Pero la agujita del The New York Times que apuntaba a Hillary, comenzó a girar hacia Trump y todo cambió. Oficialmente a las 2:40 horas de la Costa Este del 9 de noviembre las cadenas anunciaron que Pensilvania y Wisconsin (de Hillary en las encuestas) daban los últimos 30 votos electores a Donald Trump.

Fue una noche de emociones fuertes y -como suele ocurrir con Trump- sin término medio. Y había una hinchada, la del "America first", el aburrimiento con las élites políticas, la de los obreros blancos preocupados por la economía y desencantados que votó Trump. El voto de la izquierda disgregado, la antipatía por Hillary, el hecho de que fuera mujer… los analistas metieron a posteriori nuevos ingredientes en la coctelera para entender por qué el resultado fue tan distinto a lo esperado.

¡Cuántos titulares cayeron aquella noche! ¡Cuántas crónicas se tuvieron que reescribir! y ¡Cuántas lágrimas… de dolor y de alegría vimos!

Metáfora a lo House of Cards: una enorme rata nos rozó paseando por la capital de la política mundial

La rata y la política

En las calles de Washington se respira política y poder. Esa sensación es tan real como el desconcierto de ver a tantas personas sin hogar en sus calles. Aquel noviembre de 2016, recién llegados dimos un paseo por una de las calles cercanas a la Avenida Pensilvania y algo nos pasó rozando. Tardamos unos segundos en darnos cuenta de que era una rata, no un ratoncillo, una rata que 'paseaba' a la luz del día.

Los guionistas de "House of Cards" hubieran clavado la metáfora. La carga simbólica de aquella imagen, en aquel momento, en aquel lugar del planeta, la capital de la política… Pero no es una serie, es la vida real y ya se sabe que a veces deja temblando a la ficción.