Caja negra del avión

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AÚN ATADO AL ASIENTO

Hallado el segundo cadáver del vuelo Río-París

La Gendarmería francesa trabaja ya en la identificación del ADN de los pasajeros localizados.

En el operativo para recuperar los cadáveres de los ocupantes del avión que cubría la línea entre Río de Janeiro y París siniestrado en junio de 2009 se encontró hoy un segundo cuerpo en fondo del mar. La Gendarmería francesa, encargada de la búsqueda, indicó en un comunicado que después del hallazgo de un cadáver este jueves, el cuerpo de otra de las 228 víctimas fue trasladado hoy al barco "Ile de Sein".

Los especialistas del Instituto de Investigación Criminal de la Gendarmería (IRCGN) presentes en el navío sometieron el cuerpo a diversas pruebas para determinar si es posible su identificación mediante análisis de ADN. Según la nota, el procedimiento aplicado por la Oficina de Investigación y Análisis (BEA), responsable de las pesquisas, para transportar un cuerpo todavía atado a su asiento, "así como cualquier otro elemento dispersado sobre el suelo, se han revelado concluyentes desde un punto de vista técnico".

Los equipos del IRCGN y de la Gendarmería de Transporte Aéreo y Marítimo se van a reforzar con una nueva docena de especialistas que llegarán al navío el próximo 20 de mayo, y que durante dos semanas procederán a la recogida de todos los cuerpos y efectos personales que haya hasta el momento. La Gendarmería añadió que las muestras biológicas y las cajas negras, sometidas a vigilancia judicial, llegarán a Francia la próxima semana, y precisó que las primeras serán entregadas a un laboratorio para ver si es posible hacer las pruebas de ADN.

Esta nueva operación de recuperación de los cuerpos no se había producido hasta ahora puesto que hasta principios de abril no se localizaron nuevos restos del avión, estrellado en el Atlántico pocas horas después de su despegue el 1 de junio de 2009. La maniobra, según los encargados de realizarla, plantea dificultades de consideración por las condiciones en las que se desarrolla, dos años después de ese accidente y a unos 3.900 metros de profundidad en las aguas del Atlántico.

Se realiza en esta ocasión en el marco de la cuarta operación de búsqueda de cadáveres y de restos del fuselaje, después de que en las tres primeras se hubieran recuperado algunos restos y medio centenar de cadáveres.

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