Juicio Donald Trump

La familia Trump se enfrenta a los tribunales y a un posible cisma: Ivanka podría incriminar a su padre y a su hermano

El principal testimonio en el juicio contra Donald Trump y su primogénito puede ser el de Ivanka Trump.

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En su juicio por supuesto fraude en Nueva York, Donald Trump alega que no hubo ningún intento de inflar falsamente el valor de sus propiedades para engañar a bancos y aseguradoras y conseguir mejores condiciones crediticias.

Su hijo Donald Trump Jr. alega un argumento más: que él no estaba realmente al tanto de las decisiones de la empresa familiar, 'Trump Organization', a pesar de que los documentos oficiales muestran que sí tenía esa autoridad legal y que su padre, durante su etapa como presidente de EEUU, no dirigía la empresa.

Según el hijo del expresidente, eran los contables y abogados contratados por la empresa quienes se encargaban de hacer las valoraciones y la arquitectura contable.

Es tan difícil probar que ambos argumentos son ciertos que, en paso rara vez visto, el juez ya ha dicho de antemano que las pruebas en contra de los presuntos culpables -Trump y sus dos hijos mayores- son tan evidentes que estos ya han perdido el caso antes incluso de que comenzaran las vistas y que estas solo sirven para establecer la pena de la sentencia.

Una catástrofe para los Trump

Como se trata de un juicio civil -y, por tanto, no penal- esa pena no puede ser de cárcel, sino de una multa económica y la posible pérdida de la licencia para dirigir negocios -que es necesaria en el estado de Nueva York, como si se fuera un abogado, doctor o agente inmobiliario-.

Esta última pena de la pérdida de la licencia podría ser realmente catastrófica para los Trump, porque si se les impone se verían obligados a deshacerse de sus negocios. La salvación sería, naturalmente, ganar el juicio.

Pero, en un paso que de nuevo demuestra que la realidad puede superar a la ficción, resulta que el principal testimonio en su contra puede ser el de Ivanka Trump.

Ivanka podría incriminar a su padre y a su hermano

La hija y hermana de los acusados ha conseguido que no se presenten cargos contra ella, es decir, que ella no está acusada por haber alegado -y conseguir que así se entienda- que los cargos contra ella sí han expirado. Eso, en principio, sería una buena noticia para toda la familia, pero no está claro que vaya a ser así.

Al no estar acusada puede tener que declarar como testigo. Eso es lo que pretende la Fiscalía -aunque la decisión final aún depende de una apelación-. Si Ivanka tuviera que declarar se le preguntaría, naturalmente, por las conversaciones familiares. Es decir, quién decidía qué, con qué objetivo, en qué momento, etc.

El problema para Ivanka es que si dijera toda la verdad podría -de nuevo, solo podría- incriminar a su padre y a su hermano. Pero si no dijera toda la verdad y luego se descubriera que ha mentido, ella misma habría cometido un delito penado con mayor severidad aún que el delito del que se acusa a su padre y a su hermano.

Ellos declaran en el juicio por voluntad propia. Podrían acogerse al privilegio de no tener que declarar en su contra, pero han preferido correr ese riesgo. Ivanka no tiene ese privilegio: si el juez la obliga a declarar, no le quedará más remedio que hacerlo. Y, tal vez, provocar el primer cisma en la familia Trump.

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